Dicen que “El mexicano no se burla de ti: Te echa carrilla, el mexicano no te insulta: ¡Te mienta la madre!, El mexicano no molesta: chinga…”. Y es que nada se escapa del humor sarcástico de los mexicanos porque le encuentran chiste a todo, ni el evento más triste, penoso o traumático puede huir por lo menos de un pequeño chascarrillo.
Pero ¿qué es el chiste? Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española explica que un chiste es un: “dicho u ocurrencia aguda y graciosa. Dicho o historieta muy breve que contiene un juego verbal o conceptual capaz de mover a risa (…) Suceso gracioso y festivo. Chanza”. En pocas palabras, un chiste se cuenta con un propósito humorístico y surge como una ocurrencia chistosa que puede tener un contexto tanto de gracia, de burla, de engaño o de doble sentido. Puede ser hablado, escrito o hasta dibujado, y básicamente se compone de dos partes: una introducción y un desenlace que completa la idea.
Risas, carcajadas y a veces hasta lágrimas, es parte de lo que los seres humanos pueden experimentar cuando escuchan un chiste. En la mayoría de ellos, se utilizan estereotipos, ya sean de profesión, de género, de gentilicio y en algunos países nunca falta el personaje infantil en situaciones chistosas con la mamá o la maestra, por ejemplo, en México ¿quién no conoce al famoso Pepito?, lo equivalente a Juanito en Colombia y Jaimito en Venezuela.
El humor refleja comportamientos humanos. Y en cada sociedad el humor tiende a centrarse en los elementos salientes de la cultura de esta misma sociedad, por lo que, lo que en México es gracia, en otros países no, ya que al cruzar la frontera un chiste que funcionaría con los amigos, en el extranjero funcionaría igual.
Lo más importante es el beneficio de la risa, que según Rosario Vianney Nava Sanchez, Psicoterapeuta de LU-NA Espacio de Desarrollo Integral Humanista A.C., es que oxigena el organismo en general, beneficiando principalmente a los pulmones y al cerebro, se crean endorfinas y todo el tiempo se le encuentra lo positivo a las cosas “¡estamos sonrientes!”, dice, algo que caracteriza mucho al mexicano, porque ¡le encanta reír! Y casi siempre está alegre.
EL CHISTE Y EL HUMOR MEXICANO
Los mexicanos tienen un sentido del humor peculiar, mismo que ha construido una imagen de México abanderado por la risa, porque siempre hacen caricaturas de los políticos, hacen chistes sobre las tragedias, es más, hasta se burlan de la propia muerte o de la desgracia del de junto. Podrá haber cuarentena, podrá haber Covid-19 y hasta un sismo en medio de toda esta pandemia (como lo ocurrido hace algunos días) pero los chistes, y ahora también memes en las redes sociales, jamás podrán faltar.
El mexicano crea un mundo surrealista donde a través de la broma encuentra un consuelo, he ahí el motivo por el que siempre responde con picardía o sarcasmo.
Dulce María Pérez Torres, psicóloga social, doctora en pedagogía y catedrática de psicosocial en Upaep, muchos autores atribuyen este comportamiento a los distintos acontecimientos por los que ha atravesado la cultura mexicana desde los tiempos de la conquista. “El mexicano ha sido maltratado por situaciones religiosas, de cultura, de conquista, políticas, económicas e ideológicas; ante este contexto el mexicano busca en el lenguaje, en las canciones o situaciones, colocaciones para convertirlas en una situación de sonrisa y de felicidad para poder salir adelante”, explica.
Es por eso que todo mexicano, de ley, desde que es chamaco se sabe algún chiste, incluso las primeras aproximaciones a los temas del mundo adulto fueron de la mano de Polo Polo y los chistes de Pepito; hoy en día de los más famosos “standuperos” que han acaparado las plataformas de streaming, como Franco Escamilla o Carlos Ballarta, solo por mencionar algunos ejemplos. Es decir, las bromas se empiezan a poner picantes y sarcásticas antes de que tengan la edad suficiente para comprenderlas.
Y no es que el mexicano sea grosero, sino que le encanta ¡chingar al de junto! Y aunque no lo parezca, no es una agresión, es simplemente su forma de ser. ¡Sí! Son burlones de corazón y mientras más carnales sean, más carrilla se van a tirar; aquí, en México, no va a importar el estatus social, ni los posgrados, ni los diplomas, ni los puestos laborales…nada evitará que tus amigos te sigan presentando como “El Cacas”.
Eso sí ¡el que se lleva se aguanta! y en este Día Internacional de Chiste –que se celebra en varios países, tras surgir en Estados Unidos- no puede faltar el compartir uno o varios, del gran repertorio que existe…pueden ser blancos y hasta colorados.