Gran descubrimiento realizó una persona que decidió, como otros días, buscar objetos con su detector de metales, para terminar por encontrarse con un tesoro que habría sido enterrado hace más de 3,500 años.
Autoridades de Cantón de Turgovia, una localidad al nordeste de Suiza, informaron del hallazgo por medio de un comunicado, el cual fue realizado por un voluntario de nombre Frank Zahn, quien lleva años en la detección de metales en la comunidad de Güttingen.
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Su descubrimiento lo realizó en un campo de zanahorias recién cosechadas, al que ingresó con permiso de los dueños. Sin que lo supiera, su detector terminó por encontrarse con objetos pertenecientes a la Edad de Hierro y de Bronce.
Zahn de inmediato reconoció los llamados discos de bronce de púas al momento de desenterrar los objetos, por lo que supo de inmediato que había realizado un descubrimiento extraordinario.
Tras comunicarse con la comunidad de prospección interconectada de voluntarios de Turgovia, se dio paso a las autoridades, por lo que la Oficina de Arqueología se hizo cargo del caso.
El equipo delimitó la zona y comenzó una inspección más rigurosa en la que, con el permiso de los dueños, se decidió recuperar todo un bloque de tierra de 50x50x50 centímetros, en donde se encontraban los hallazgos de manera visible, pero también la posibilidad de que existieran otros más.
Como parte de esta primera aproximación, el equipo descartó que en el lugar existiera una tumba, a pesar de que el tipo de disco decorativo fuera una señal de ello, por lo que las piezas llegaron al lugar al ser enterradas en un contenedor o un saco orgánico que, por el paso del tiempo, terminó por desaparecer.
Los hallazgos realizados con el detector de metal
Una vez que se extrajo con cuidado el bloque de tierra, este fue transportado al laboratorio de Frauenfeld, en donde los restauradores comenzaron las labores y terminaron por encontrar 14 discos con púas.
En un video compartió en YouTube, las autoridades mostraron cómo se realizó el proceso de recuperación de las piezas, ya que se terminó por encontrar una variedad de pequeñas espirales de bronce, artículos de joyería como anillos y cuentas de ámbar, espirales de alambre de oro, una punta de flecha de bronce, un diente de castor, un diente de oso perforado, un diente de tiburón fosilizado, un cristal de roca, una pequeña amonita y varios trozos de mineral pulido.
Todos los productos serían bisutería típica de la Edad del Bronce Medio, cerca del año 1,500 antes de Cristo, al ser productos que portaban las mujeres al utilizar llamativos collares con estos discos, de acuerdo a lo que se ha encontrado en otros hallazgos, señalaron las autoridades.
Respecto a otros productos como los dientes de oso o de tiburón, estos podrían estar más ligados a un efecto especial, ya sea que fueran vistos como productos protectores o curativos al utilizarse como amuletos.
Sobre la zona en que fueron encontrados, aunque se mantienen las investigaciones, es posible que en algún momento en el sitio haya existido un asentamiento de pobladores de Egipto o Creta.
Las piezas encontradas con un simple detector de metal se mantienen en resguardo de la Oficina de Arqueología y las autoridades de Cantón de Turgovia esperan restaurarlas para que puedan ser exhibidas en el 2024 en el Museo Arqueológico de Frauenfeld en Suiza.