Los femémonos naturales no dejan de sorprender al mundo, tal es el caso de una grieta que atraviesa África y que amenaza con partir a la mitad el continente, este impresionante suceso ha llevado a varios científicos a investigar sus causas y posibles consecuencias.
Se tiene conocimiento que esta fisura se formó hace más de 20 millones de años por las fuerzas geológicas de las placas tectónicas de Nubia y Somalia, aunque lo que realmente ha llamado la atención de científicos y que ha llevado a investigarla más de cerca es su creciente actividad en los últimos años.
Una grieta podría provocar que África se divida
La fisura que está preocupando a los científicos es una de las más extensas en la tierra y se trata del Sistema del Rift de África Oriental (ERS), una grieta de más de 6 mil kilómetros de longitud y cruza dos continentes, yendo de Jordania en Asia hasta llegar a Mozambique en África.
Un Rift es una zona perteneciente a la corteza terrestre en la que se suelen presentar fallas y fracturas derivadas de la fuerza tectónica generalmente por separación de placas.
Algo que los caracteriza es que generan deformaciones perpendiculares, sin embargo, la ERS desafía esta lógica y las deformaciones que genera son tanto perpendiculares como paralelas a la fisura.
¿Qué está pasando con el rift de África?
La revista Journal of Geophysical Research (Revista de investigación geofísica) publicó un estudio donde examinan cómo funcionan de manera interna con ayuda de GPS y modelos termomecánicos en 3D.
Los resultados que arrojó la investigación que el flijo de la zona norte que es provocado por la superplume africano es el responsable de las deformaciones paralelas a las fisuras
“Nuestros resultados también sugieren que la mayor parte de la enigmática anisotropía sísmica paralela del rift, observada hoy en día por los geofísicos debajo del EAR, puede explicarse por el gran flujo hacia el norte del manto superior desde la superplume africana”, menciona el estudio.
De acuerdo con información de la Universidad de California, se desconoce si la ruptura seguirá el mismo ritmo de separación que llevaría a que en algún momento el continente africano se separara; esta misma institución ha identificado que la velocidad de separación aproximada en entre 6 a 7 milímetros por año.