Asteroide ‘potencialmente peligroso’ se acerca a la Tierra, la NASA lo vigila

El asteroide tendría un tamaño similar al de una ballena azul y velocidades de hasta 20,512 mph

Julio Sánchez | El Sol de Puebla

  · viernes 12 de agosto de 2022

Este tipo de asteroides son considerados potencialmente peligrosos no solo por su distancia a la Tierra, también por su peso y velocidad. Foto: Ilustrativa Twitter @AsteroidWatch

Un asteroide calificado como “potencialmente peligroso” se acercará a la órbita de la Tierra este próximo 12 de agosto informó la NASA. Una vez que realice su recorrido comenzará a alejarse.

Por medio del Centro de Detección de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS por sus siglas en inglés) es como se detectó al objeto y al que ya se le sigue el paso al aproximarse de manera peligrosa a nuestro planeta.

El centro mantiene el seguimiento a cerca de 28 mil objetos en el espacio como parte de su vigilancia en caso de que alguno pueda hacer contacto con el planeta.

¿Qué se sabe de este asteroide?

De acuerdo con los datos del CNEOS, este asteroide lleva por nombre FF 2015 y se acercará a 0.02864 unidades astronómicas, que es similar a 4.3 millones de kilómetros, es decir a más de 10 veces más lejos de la Luna de la Tierra.

Aunque suena como una distancia más que lejana, se considera un objeto “potencialmente peligroso” por sus características. Este asteroide cuenta con un diámetro entre los 13 a 28 metros, por lo que podría tener el tamaño similar al de una ballena azul.

En cuanto a su velocidad, se desplaza a un promedio de 9.1 km por segundo, lo que es igual a 30 veces la velocidad del sonido, por lo que, en términos espaciales es un objeto del que se tiene que tener seguimiento.

“Los objetos potencialmente peligrosos son cometas y asteroides que han sido empujados por la atracción gravitacional de los planetas cercanos a órbitas que les permiten ingresar al vecindario de la Tierra”, explica la NASA.

¿Cómo determinan la categoría de 'potencialmente peligroso'?

Para que un objeto en el espacio reciba esta designación debe de contar con elementos como el superar los 150 metros de tamaño y estar a una distancia de al menos 19.5 lunas de la Tierra.

Por ello, no significa que todos los asteroides o meteoritos nombrados así van a chocar de manera inminente con la Tierra, se mantiene su vigilancia en caso de que algo en su trayectoria cambie y los coloque más cerca del planeta a lo que se esperaba.

Se estima que objetos como el FF 2015 se encuentra formado por compuestos de hielo de agua con partículas de polvo incrustado al originarse en el frío del sistema exterior, Aquellos que se forman entre las órbitas de Marte y Júpiter son más conocidos como asteroides rocosos al tener su origen en el calor del sistema solar.

Las posibilidades de que un asteroide caiga en la Tierra son siempre latentes es por eso que los científicos siempre mantienen la vigilancia, aunque los registros de estos son algo antiguos al estimarse que un asteroide de gran tamaño golpea a la Tierra cada 5,000 años. Un objeto con la capacidad de acabar con la vida en la Tierra solo se puede dar una vez cada millón de años.

Respecto al asteroide más grande conocido se trata de Ceres, el cual tiene un diámetro de 580 millas, de forma que su altura podría ser de más de 3 millones de pies. Debido a sus proporciones en 2019 subió a la categoría de “planeta enano” al tener elementos como una gruesa capa de hielo en la superficie y una gravedad aproximadamente de un 3 por ciento a la que se vive en la Tierra.

Por medio del CNEOS de la NASA se puede observar el seguimiento a los objetos en el espacio que se encuentran cerca de la Tierra al tener hasta más de 29 mil actualmente descubiertos. Para conocer más información o datos precisos sobre el asteroide puedes verlos al dar click aquí.

Para los seres humanos este cambio es básicamente imperceptible. Foto: Píxabay

La misión Juno de la NASA busca entender el origen y evolución de Júpiter. Foto: Twitter @NASAJPL

Las tareas para buscar vida fuera de nuestro planeta cada vez son más específicas, así lo demuestra el más reciente trabajo de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA). Foto: Pixabay