Animales como los chimpancés serían capaces de reconocer a varios de sus amigos o aquellos con los que tienen una unión, a pesar de pasar varias décadas sin verlos, explicó una investigación realizada por miembros de la Universidad Johns Hopkins.
Dentro de las capacidades del humano se encuentra la avanzada memoria con la que contamos y, en especial, el poder reconocer a otros e identificar a las personas con la que se genera alguna conexión, es decir, la memoria social, algo que los chimpancés y bonobos también serían capaces.
Christopher Krupenye, profesor asistente de la Universidad Johns Hopkins y autor principal del estudio, explicó que estos animales son capaces de reconocer los rostros de sus congéneres familiares, incluso después de muchos años de separación.
De esta forma, la memoria puede representar la calidad de sus relaciones sociales, de forma que pasaban más tiempo viendo a sus iguales con los que ya tenían una relación más positiva.
“Las propiedades críticas de la memoria humana pueden reflejar profundas homologías con otros simios, lo que probablemente proporciona la base para el surgimiento de sistemas complejos, relaciones de cooperación que opera a lo largo de grandes escalas de tiempo”, detalla el estudio publicado este 18 de diciembre en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias.
El reconocimiento individual es algo ya estudiado en animales y suele durar varios años, pero poco se ha estudiado sobre la forma en que la memoria social actúa en ellos, como los fundamentos evolutivos compartidos con la memoria social humana.
“La memoria social duradera probablemente proporcionó bases clave para la evolución de la cultura y la socialidad humanas a medida que se extendieron a través del tiempo, el espacio y las fronteras grupales”, recordó el estudio sobre la forma el papel de la memoria en los humanos.
Dentro de los resultados del estudio, se logró romper el récord para la duración de la memoria social en animales no humanos, al encontrar que puede extenderse a más allá de los 26 años o incluso ser comparables a los humanos que, comienzan a olvidar a otros a los 15 años sin verlos, pero pueden recordarlos hasta 48 años después.
La marca se rompió con unos bonobos, uno de nombre Louise logró reconocer a su hermana Loretta y a su sobrino Erin después de 26 años sin verlos, cuando la marca anterior entre animales no era mayor a los 20 años.
Esto también hablaría de su capacidad de extrañar a sus seres queridos, un proceso que hasta ahora se creía exclusivamente humano. Con estos resultados, se busca generar mayor conciencia para evitar la caza o la deforestación de sus comunidades, ya que genera un gran daño su separación.
“La idea de que recuerdan a los demás y, por lo tanto, pueden extrañar a estos individuos es realmente un poderoso mecanismo cognitivo y algo que se considera exclusivamente humano. Nuestro estudio no determina que estén haciendo esto, pero plantea dudas sobre la posibilidad de que tengan la capacidad de hacerlo”, detalla el estudio.
¿Cómo se realizaron las pruebas en los chimpancés?
El profesor Christopher Krupenye explicó que el estudio se generó tras su experiencia en el trabajo con simios y al sentir que lograban reconocerlo después de varios años de la última interacción que tuvieron.
Para las pruebas, el profesor junto a Laura Lewis, autora principal y antropóloga, bióloga y psicóloga de la Universidad de California, Estados Unidos, seleccionaron distintos chimpancés y bonobos que no habían visto durante varios periodos de tiempo, entre los nueve meses a los 26 años, a otros de su especie que habían muerto o abandonado su grupo principal.
Al utilizar especies de los zoológicos de Edimburgo, Escocia y el zoológico de Planckendael, Bélgica, se buscaron las imágenes de alta calidad en sus archivos y les fueron colocadas dos, una de su ser querido o con el que tenían alguna conexión y otra de un extraño.
Los simios pasaron una mayor de tiempo observando a aquellos que conocían, sin que importara el tiempo que llevaban sin verlos. Para entenderlo, los investigadores señalaron que es algo similar a toparse con algún compañero de la escuela que no se ha visto en mucho tiempo en la calle.
El estudio indica que los chimpancés y los bonobos también muestran dinámicas intergrupales complejas al construir amistades y alianzas, además de tener conocimiento sobre terceros, a pesar de que pasen varios días sin verlos en sus comunidades.
Una vez con los resultados, el siguiente paso de la investigación es encontrar si los chimpancés son capaces de reconocer a antiguos amigos o seres queridos tal cómo se ven ahora y no como en el momento en el que dejaron el grupo. También, se plantea expandir el estudio a los gorilas y orangutanes.