México realizó por última vez el pasado fin de semana el cambio de horario, con lo que se despidió de manera definitiva del horario de verano y para algunos estos significó el presentar problemas de salud al tener que acostumbrarse al uso horario.
Fue del sábado 29 de octubre para el domingo 30 de octubre cuando el reloj se retrasó por una hora. Este tipo de cambios se realizaban dos veces al año y principalmente en los países del hemisferio norte.
Mucho se discute sobre los posibles beneficios que tenía este cambio en el reloj, desde aprovechar mejor la luz solar o hacer menor gasto en las fuentes eléctricas y hasta poder descansar mejor en algunos casos, pero esto es lo que realmente se sabe.
¿Qué ocurre en el cuerpo con el cambio de horario?
Diversos estudios científicos se han dedicado a encontrar si existe una relación entre el cambio de horario y la forma en que afecta el cuerpo. Estas investigaciones se han profundizado debido al llamado jet lag, que se suele vivir al viajar grandes distancias como a otros países donde la hora y el día no es el mismo.
Una investigación en el 2008 encontró una relación entre los cambios y la incidencia en los infartos al miocardio, en especial en los tres días siguientes a que se realizaba el cambio.
En el anterior caso se concluyó que fue la privación del sueño al adaptarse al nuevo horario fue lo que ocasionó el alza en las enfermedades. Caso similar explicó un estudio realizado en 2007 donde se encontró que los ritmos circadianos, que son los que regulan las características físicas y mentales, puede tener dificultades para adaptarse al uso horario.
Circadiano es un término que proviene de los vocablos “circa” que es alrededor y “diem” día, por lo que significa alrededor de un día. Estos se encuentran principalmente en la región del hipotálamo y se encarga de enviar señales a todo el cuerpo, en especial a la glándula pineal, encargada de producir la melatonina, una que estimula el sueño durante la oscuridad.
Al actuar principalmente con la luz del día, es por ello que se ven diferencias en su producción con los cambios de horario al restar o aumentar la cantidad de luz que recibe el cuerpo.
Este cambio puede comenzar a generar problemas como fatiga, cansancio general, somnolencia, irritabilidad, falta de concentración, problemas para dormir, etc.
Las personas que son más susceptibles a vivir estos efectos son aquellas con migraña, deterioro cognitivo y epilepsia, incluso los bebés lactantes al apenas acostumbrar su cuerpo a los horarios pueden terminar por tener dificultades para dormir o regular el sueño.
Consejos para evitar problemas con los cambios de horario
Los especialistas tienen diversos consejos para que las personas no experimenten algún tipo de problema a causa del cambio de horario y puedan acostumbrarse de mejor forma a ello.
Uno de estos primeros consejos es mantener buenos hábitos del sueño, sin importar la hora o el horario lo mejor es regular el momento en que se descansa y el tiempo por el que se hace.
También, hay que exponerse a la luz día por al menos una o dos horas en los días que siguen al cambio de horario para que se sincronicen mejor los ritmos del sueño.
Hay que evitar el consumo de café y alcohol, en especial en grandes cantidades y apostar mejor a un ritmo de ejercicio suave con el que se pueda aumentar la concentración de la serotonina y de otras partes del cerebro fundamentales para dormir.
Algunas personas suelen comenzar a adaptarse al nuevo horario desde tiempo antes de que ocurra, por lo que es algo que se puede implementar. Esto no significa que duermas una hora más o más temprano, sin hacer pequeños cambios progresivos de diez minutos que lleven a sentir al cuerpo que experimenta una normalidad.