La NASA informó que conformó un grupo de 16 personas para un nuevo un equipo de estudio independiente que investigará los fenómenos aéreos no identificados, que ahora se clasifican como UAP, por sus siglas en inglés.
Para evitar que este tipo de informes se centren solo en el estudio de la vida extraterrestre o fuera del planeta, ahora la NASA identifica estos casos como eventos en el cielo que no pueden identificarse como aeronaves o como fenómenos naturales conocidos. Previamente, estos fenómenos eran conocidos por las siglas OVNI de objeto volador no identificado, pero para los científicos esto no englobaba todo el campo de estudio.
De esta forma, el estudio de este equipo estará centrado únicamente en datos no clasificados, para después crear una posible ruta para el análisis de datos de los UAP para que la agencia implemente en el futuro.
“El equipo identificará cómo se pueden analizar los datos recopilados por entidades gubernamentales civiles, datos comerciales y datos de otras fuentes para arrojar luz sobre las UAP”, explicó la NASA en un comunicado.
¿Cuál es el objetivo de este grupo de la NASA?
Será a partir de este 24 de octubre que el equipo comenzará su estudio independiente, el cual tendrá una duración de nueve meses para sentar las bases de futuras investigaciones. Será a mediados de 2023 cuando se dé a conocer un informe completo con sus hallazgos.
“Explorar lo desconocido en el espacio y la atmósfera está en el corazón de lo que somos en la NASA. Comprender los datos que tenemos sobre los fenómenos aéreos no identificados es fundamental para ayudarnos a sacar conclusiones científicas sobre lo que está sucediendo en nuestros cielos”, indicó Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas en la sede de NASA en Washington.
La NASA también describió que el estudio de los fenómenos aéreos es interés tanto de la seguridad nacional como para la seguridad aérea, por lo que el estudio forma parte de los objetivos de la agencia para garantizar la seguridad de las aeronaves.
Con este equipo de trabajo se busca encontrar los datos posibles que deben recopilarse en el futuro para discernir científicamente la naturaleza de los UAP cuando estos se presenten.
¿Quiénes conforman este grupo de estudio?
David Spergel, presidente de la Fundación Simons, es quien estará a cargo del equipo de estudio independiente al ser director fundador del Instituto Flatiron de Astrofísica Computacional y un científico que ha sido citado en publicaciones más de 100 mil veces.
Junto a él, tendrá a su equipo a Anamaria Berea, profesora asociada de Ciencias Computacionales y de Datos en la Universidad George Mason en Virginia y es investigadora afiliada del Instituto SETI en California.
Federica Blanca, profesora adjunta de la Universidad de Delaware en el Departamento de Física y Astrofísica. Paula Bontempi, oceanógrafa biológica desde hace más de 25 años y que pasó 18 años en la NASA donde tuvo cargos como subdirectora interna de la División de Ciencias de la Tierra de la agencia para la Dirección de Misiones Científicas.
Reggie Brothers, socio operativo de AE Industrial Partners en Boca Ratón, Florida. Jen Buss, directora ejecutiva del Instituto Potomac de Estudios Políticos en Arlington, Virginia, reconocida a nivel nacional como una autoridad en su campo de análisis de tendencias científicas y tecnológicas y soluciones de políticas.
Nadia Drake, periodista científica independiente y escritora colaboradora de National Geographic. Mike Gold, vicepresidente ejecutivo de Espacio Civil y Asuntos Externos de Redwire en Jacksonville, Florida y quien ocupó varios puestos de liderazgo en la NASA.
David Grinspoon, científico senior en el Instituto de Ciencias Planetarias en Tucson, Arizona, quien es asesor frecuente de la NASA sobre exploración espacial. Scott Kelly, exastronauta de la NASA, piloto de pruebas, piloto de combate y capitán retirado de la Marina de los Estados Unidos y que estuvo al mando de las Expediciones 26, 45 y 46 de la Estación Espacial Internacional.
Matt Mountain, presidente de la Asociación de Universidades para la Investigación y la Astronomía (AURA) en donde se supervisa un consorcio de 44 universidades en todo el país y cuatro afiliados internacionales que ayudan a la NASA.
Warren Randolph, subdirector ejecutivo del departamento de Investigación y Prevención de Accidentes para la Seguridad Aérea de la Administración Federal de Aviación.
Walter Scott, vicepresidente ejecutivo y director de tecnología de Maxar en Westminster, Colorado, empresa de tecnología espacial que se especializa en inteligencia terrestre e infraestructura espacial.
Joshua Semeter, profesor de Ingeniería eléctrica e informática y director del Centro de Física Espacial de la Universidad de Boston. Karlin Toner, directora ejecutiva interina de la Oficina de Políticas y Planes de Aviación de la FAA. Y Shelley Wright, profesora asociada de física en el Centro de Astrofísica y Estudios Espaciales de la Universidad de California en San Diego.
De parte de la NASA, fue Daniel Evans el funcionario responsable de orquestar el estudio en su puesto como administrador asociado adjunto para investigación en la Dirección de Misiones Científicas de la agencia.
“La NASA ha reunido a algunos de los principales científicos del mundo, profesionales de datos e inteligencia artificial, expertos en seguridad aeroespacial, todos con un cargo específico, que es decirnos cómo aplicar el enfoque completo de la ciencia y los datos a UAP. Los hallazgos se darán a conocer al público junto con los principales de transparencia, apertura e integridad científica de la NASA”, comentó Daniel Evans.