Es común llamarle meteorito a los bólidos que surcan el cielo, como el de febrero 2020 o mayo 2016 en México. Sin embargo, decir meteorito alude a la caída del objeto a tierra, hecho que en ambos casos no ocurrió.
Conozcamos cuando debemos llamarle meteorito y cuando no.
EL ESPACIO
Hace 5 mil millones de años nació el Sol y luego los planetas. El material sobrante formó a los asteroides, cometas y polvo, que tarde o temprano chocará con los planetas y lunas.
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POLVO CÓSMICO
También llamado micrometeoroide, es aquello natural en el espacio del tamaño de algunas moléculas hasta 100 μm micras, es decir, del tamaño de la décima parte de un milímetro.
Según el estudio de 2014 agupubs.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/2014JA020383, en nuestro planeta caen 60 toneladas de polvo cósmico cada día.
METEOROIDE
Según la International Meteor Organization, IMO (imo.net), es meteoroide aquello mayor al polvo cósmico y menor a un asteroide.
Sin embargo, la definición es ambigua, pues no define el tamaño de los asteroides. Para la Royal Society, el meteoroide es superior al polvo cósmico y menor a 10 metros. Otros lo definen menor a 30 o 50 metros.
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ASTEROIDE
Son objetos naturales de silicatos o metal mayor a un meteoroide e inferior a un planeta enano. La mayoría se encuentra en el Cinturón de Asteroides, entre las órbitas de los planetas Marte y Júpiter. Otros están fuera del Cinturón de Asteroides, tienen sus propias órbitas, algunos se acercan a la Tierra y otros cruzan la órbita de l aTierra, lo que los hace peligrosos, son llamados NEO, Near Earth Object y hay serios estudios científicos para estudiarlos y calcular sus trayectorias.
COMETA
Como los asteroides, los cometas también son restos de la formación del Sistema Solar, compuestos de hielo y polvo cósmico, es decir, hielo sucio. La mayoría se encuentran en el Cinturón de Kuiper, lugar ubicado en las cercanías de la órbita de Plutón. O en la hipotética Nube de Oort, alrededor del Sistema Solar, una región más alejada.
Cuando una de estas rocas de hielo sale de su órbita y avanza rumbo al Sol, las partículas del viento solar y el calor hacen que del hielo emanen gases y vapores, que forman una cola, es cuando un cometa ha nacido
BÓLIDO
Es un meteoroide que entra o roza la atmósfera terrestre, puede ser natural o un fragmento de un asteroide o cometa. Está en ignición o por estallar. Si brilla más que el Sol, es un superbólido.
METEORO
Es la luz que brilla al explotar un bólido en la atmósfera terrestre.
La alta velocidad del bólido hace que se roce con la atmósfera, aumente la temperatura y explote. A veces es posible escuchar el estallido, aunque por lo general tenue. Las estrellas fugaces y las lluvias de estrellas son meteoros, de bólidos de unos pocos centímetros.
Por lo general, observamos los meteoros que brillan de noche, ya que de día, el Sol impide observarlos, a menos que sea deslumbrante, como el de Chelyabinsk.
METEORITO
También llamado aerolito, es un asteroide o meteoroide que entra en la atmósfera terrestre y cae al suelo, dejando un cráter. Puede generar un meteoro y explotar en la atmósfera pero no desintegrarse y sobrevivir para caer al suelo, completo o en fragmentos.
En las fotografías de Mercurio y la Luna observamos muchos cráteres. Con telescopio podemos observar los de la Luna. En la Tierra y en Marte los vientos erosionan el terreno borrándolos, además la vegetación en la Tierra los oculta. Tras la formación del Sol y los planetas, habia aún mucho material disperso volando por todas partes, fue una época violenta, hubo miles de colisiones de asteroides y cometas contra los planetas y lunas. Muchos cráteres aún persisten.
Como vemos, no todos los meteoros son meteoritos. Puede el bólido desintegrarse en la atmósfera o rozarla y seguir de largo en el espacio, solo veríamos el meteoro.
CURIOSIDADES
En 2013 un meteorito explotó sobre Chelyabinsk, Rusia, con una potencia de 20 a 30 bombas atómicas. No causó una destrucción equivalente a 20 o 30 bombas atómicas porque explotó a 20 mil metros de altura, la bomba atómica lo hizo a 600 metros. Minutos después de las explosiones en la atmósfera, la onda de choque llegó a la superficie, con un fuerte estruendo rompió ventanas que causaron 2 mil heridos. Partes del meteorito se utilizaron para adornar las medallas de la Olimpiada de Invierno, Sochi 2014.
Por ahora no hay tecnología para rastrear los objetos en el espacio de menos de 50 metros, es decir, los meteoroides.
En 1908 en Siberia, Rusia, sobre el río Tungushka, una explosión de asteroide o cometa destruyó 2 150 km² de taiga siberiana. Al ser una zona deshabitada, se cree que nadie murió. Hasta Londres, los sismómetros detectaron el golpe. Nunca se ha encontrado el meteorito y se cree explotó en la atmósfera destruyéndose.
Estudios arqueológicos y geológicos delatan una explosión de asteroide sobre el norte del Mar Muerto en 1700 a. C. Destruyó 500 km² y mató al instante de 40 a 65 mil personas. Pasaron 700 años para que la zona fuera repoblada. La datación y ubicación coincide con las narraciones bíblicas de la destrucción de Sodoma y Gomorra.
Una daga del faraón Tutankamon tiene niveles de níquel y cobalto propio de muchos meteoritos. Niveles imposibles de producir en la época del faraón. También, una roca amarilla en donde se talló un escarabajo para el faraón, es hecha con material procedente de un meteorito.
La roca obscura en el interior de la Kaaba, que los musulmanes visitan en la Meca, Arabia Saudita, es un meteorito.
El meteorito de Chixulub, Península de Yucatán, México, que extinguió a los dinosaurios, era de 10 kilómetros de diámetro.
Gracias a la atmósfera terrestre que destruye la mayoría de los meteoroides y asteroides que entran a la Tierra y al campo magnético que nos protege de las radiaciones del espacio, la vida en la Tierra pudo surgir y evolucionar. Por ello, no debemos esperar que sean los contribuyentes de Europa, Rusia y Estados Unidos los únicos que financien los programas espaciales de estudio de asteroides. La colisión de uno de ellos ocasionaría una catástrofe global, no local. No hay fronteras ni naciones para las colisiones de asteroides o cometas. Los científicos de México y el mundo interesados en la meteorítica, pueden colaborar en los proyectos internacionales y salvar al mundo. german@astropuebla.org