Llegar y colonizar Marte parece ser uno de los pasos que el ser humano busca dar en el futuro y, dentro de las dudas que esto plantea, es la cantidad de personas que serían necesarias para poder comenzar con la colonización del territorio.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad George Mason en Fairfax, Virginia, Estados Unidos, buscó dar solución a este cuestionamiento en el que encontró que solo 22 personas serían necesarias para la colonización.
Aunque la investigación se mantiene pendiente de revisión por pares, ya muestra datos interesantes al bajar de manera considerable el número estimado, ya que otros estudios realizados en el pasado señalaban que al menos 100 personas tendrían que ser necesarias.
Como parte de esta investigación se buscó descubrir los mejores tipos de personalidad que se adaptan al llamado “Planeta Rojo” y a las distintas variables que podrían enfrentar, mientras desarrollan una nueva sociedad.
“A menudo tendemos a tratar a los humanos como simples números o partículas desprovistas de incentivos personales, heterogeneidad y adaptabilidad”, señaló Anamaria Berea, coatura del estudio y profesora asociada de ciencias computacionales y de datos de la Universidad George Mason. “Los grupos humanos son sistemas complejos donde el resultado no es la suma de sus partes, sino la sinergia”.
¿Cómo se determinó la cantidad de humanos necesarios para llevar a Marte?
Para la investigación se realizó un enfoque de modelado por computadora nombrado como simulación de modelo basado en agentes (ABM, por sus siglas en inglés) en donde se colocaron distintos grupos de humanos.
Este tipo de modelo se utiliza comúnmente para estudiar las interacciones entre personas, cosas y lugares a lo largo del tiempo, con lo que se obtuvo que el número mínimo de humanos para el funcionamiento de un puesto avanzado en Marte es solo de 22.
Como parte de la simulación se consideró que en el asentamiento en Marte ya se tenían ciertas construcciones y se producían alimentos, además de agua, aire y electricidad por medio de una fuente constante que solo tiene duración de siete. Para la simulación se colocó como objetivo el extraer materiales de Marte para mandarlos a la Tierra.
Las pruebas en el simulador se realizaron cinco veces y se dejaron transcurrir 28 años en cada una de ellas, en donde los tamaños de población de los puestos avanzados variaron de 10 a 170 con la intención de encontrar un número estable.
Fue así que, con un asentamiento de 22 personas, una base en Marte podría funcionar durante largos periodos de tiempo. Si el asentamiento descendía de esta cantidad también podría sobrevivir, pero solo si se reconstruía en un plazo de 1.5 años.
“Nuestros aspectos sociales y de comportamiento como humanos pueden literalmente cortar la línea entre el éxito y el fracaso de una misión, especialmente una de largo plazo y, también, pueden reflejarse en los costos económicos de tales misiones”, añadió Anamaria Berea.
Como parte del estudio también se definió a las personalidades más aptas para formar parte de una misión como la de Marte, las cuales dividió en cuatro grupos: agradables, sociales, reactivos y neuróticos.
Los agradables son aquellos individuos con el grado más bajo de competitividad, baja agresividad y no obsesionados con una rutina.
En tanto, los sociables son aquellos con un grado medio de competitividad, extrovertidos, que requieren interacción social, pero no están obsesionados con rutinas estrictas.
Los reactivos son las personas con un grado medio de competitividad y orientación interpersonal competitiva y que están obsesionadas con rutinas estrictas.
Para el grupo final de personas que puedan ir a Marte, los neuróticos, son aquellos con un alto grado de competitividad, características interpersonales muy agresivas y una capacidad limitada para adaptarse al aburrimiento o a un cambio de rutina.