Astrónomos de la Universidad de Penn State realizaron un instrumento de nombre “Buscador de Planetas de la Zona Habitable”, uno que encontró un mundo que desafía los modelos de formación de estas estructuras debido a que sería mucho más grande que su propio Sol.
Este instrumento funciona al detectar la luz de estrellas frías y tenues en longitudes de onda más allá de la sensibilidad del ojo humano y puede medir el cambio sutil en la velocidad de una estrella cuando un planeta tira gravitacionalmente de ella, una técnica conocida como velocidad radial Doppler.
Fue así como se encontró un exoplaneta en órbita de al menos 13 veces la masa de la Tierra, que es casi la masa de Neptuno, el cual es 17 veces nuestro planeta, el cual órbita en la estrella nombrada como LHS 3154.
Esta estrella es nueve veces menos masiva que nuestro Sol y es 100 veces menos luminosa, por lo que el periodo orbital del exploneta es de 3.7 días.
De acuerdo con las teorías de la formación de los planetas, las estrellas de baja masa rara vez pueden albergar exoplanetas con masas superiores a la de Neptuno. Por ello, se utilizaron distintas simulaciones en las que se demostró que su presencia solo podía explicarse si el disco protoplanetario fuera 10 veces más masivo de lo esperado para la estrella anfitriona.
Al respecto, los planetas se forman en discos compuestos de gas y polvo, los cuales se encargan de juntar granos de polvo que crecen hasta convertirse en guijarros y en un punto se combinan para la formación de un núcleo planetario sólido.
Ya formado el núcleo, el polvo sólido junto a otros materiales como el gas circundante, el hidrogeno y el helio es atraído por su fuerza gravitacional, en una forma de creación de planetas conocida como acreción de núcleos.
Por ello, una estrella como LHS 3154 no tendría la capacidad de crear un disco con los suficientes materiales sólidos o masa para formar un núcleo de un planeta lo suficientemente pesado como el exoplaneta descubierto.
La formación de planetas en el espacio
Para los científicos conocer cómo se forman los planetas permitirá comprender cómo evolucionan en entornos más rocosos y con una mayor cantidad de estrellas alrededor para poder describir una forma general de cómo se crean.
Dentro de otras teorías que lleva a la creación de nuevos mundos se conocen algunas como la de inestabilidad gravitacional, en donde el gas y el polvo sufren un colapso directo para formar un nuevo planeta.
Con los nuevos instrumentos científicos y técnicas se espera obtener resultados cada vez más precisos que lleve al descubrimiento de planetas rocosos que sean habitables o que se encuentren en regiones donde su superficie sea capaz de sostener agua en busca de la vida en otros mundos similares a la Tierra.