Un fenómeno sin precedentes está sucediendo en el espacio, se trata de la creación de un gigantesco diamante cósmico proveniente de una estrella enana blanca muy parecida al Sol y en cuyo interior ya no arde un horno nuclear de fusión, a medida que se enfría, se endurece y se cristaliza.
Aunque este fenómeno se había descubierto hace varias décadas, no fue hasta el lanzamiento de la misión espacial Gais que pudo ser comprobado.
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Fueron científicos de la Universidad de Cornell, pertenecientes al departamento de Astrofísica Solar y Estelar, quienes dieron a conocer el proceso que la estrella vivió y que la llevaría a cristalizarse.
¿A qué distancia está de la Tierra?
El astro es una estrella similar a nuestro sol y se le ha nombrado HD 190412 C, este diamante cósmico está situado en un sistema de estrellas llamado HD 190412 a una distancia de 104 años luz de distancia de la Tierra.
Los datos también arrojaron que este cuerpo celeste tiene una edad aproximada de 4,200 millones de años luz y alcanza temperaturas extremas de 6,300 grados centígrados.
¿Cómo se convierte una estrella en un diamante?
Para que de una estrella enana se transforme en un diamante cósmico, lleva un proceso de varias etapas, en la primera la materia de la estrella se comprime hasta el punto que los electrones se separan de los átomos.
Gracias esto, los electrones se convierten en gas degenerado, lo que les permite moverse libremente, esto hace que el núcleo esté hecho de carbón y oxígeno, envuelto del gas de electrones.
Un gas normal depende de la temperatura, en el caso de los gases degenerados no, por lo que las bajas temperaturas de los núcleos de las enanas blancas provocan que los iones se reorganicen en una estructura ordenada, propiciando la creación de cristales.
Gracias a estos factores, los científicos han definido que la tasa de cristalización se ha hecho más lenta en el proceso de enfriamiento de la enana blanca unos mil millones de años, por lo que, aunque el proceso para convertirse en un diamante cósmico haya empezado, aun falta tiempo para que este se pueda apreciar.