Este 8 de abril se registrará el eclipse solar 2024 que será perceptible en gran parte del país, principalmente Sinaloa, Durango y Coahuila. De esta manera es como en varias ciudades se están preparando para poder observarlo de manera segura, ya sea con equipo especial o desde una transmisión en vivo hecha por alguna institución.
Existen varias creencias alrededor de este tipo de eventos, pues se tiene la idea de que su presencia puede afectar la vida de los seres humanos. Algunos de los mitos más comunes se encuentran relacionados con las mujeres embarazadas, al igual que con la comida, cosechas e incluso con la energía.
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Del mismo modo, algunas personas sugieren que cuando este fenómeno aparezca será posible bajar de peso. Este tipo de pensamientos suelen sostenerse con supuestos argumentos científicos, a continuación te daremos más detalles y diremos de donde viene esta confusión.
¿Bajamos de paso durante un eclipse?
De acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), desde hace mucho tiempo la humanidad ha tenido la creencia de que las personas pueden perder hasta un kilo cuando llega un eclipse.
Sin embargo, esto solo es un mito, pues no hay forma de que este evento pueda tener algún tipo de impacto en nuestro organismo; en este caso, lo único que puede pasar es que se dañen los ojos si se mira directamente, sin ningún tipo de protección.
Julieta Fierro Gossman, investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM, precisó que esta creencia se formó a partir de una interpretación científica, la cual involucra factores como océano y el satélite natural de nuestro planeta.
¿De dónde viene este mito?
La especialista comentó que el movimiento de las mareas está vinculado con la posición de la Luna, pues su fuerza de atracción gravitatoria hace que al agua del mar se mueva. Este comportamiento se intensifica durante los eclipses.
En este sentido, resaltó que cuando el Sol y la Luna se alinean hay más olas, mientras que el extremo opuesto los océanos quedan rezagados. Ante esta situación, hay quien piensa que la gente pierde peso porque cambian las fuerzas gravitacionales, lo cual no es cierto.
“Los humanos, en contraste con los 12 mil km de diámetro de la Tierra, somos de dimensiones reducidas. La Tierra sí experimenta una notable diferencia en sus extremos debido a estas fuerzas, pero nosotros no estamos sujetos a esos mismos cambios gravitacionales”, comentó la integrante de la UNAM.
Luego agregó: “Por ello, no experimentamos alteraciones en nuestro peso de la misma manera que los océanos”. En otras palabras, la gente es tan pequeña que no es posible que se formen ‘mareas internas’, o algo similar, que puedan cambiar estos parámetros en su cuerpo.