Astrónomos encontraron que un planeta ubicado a 855 años luz de distancia realiza un proceso climático violento que puede provocar lluvias de piedras preciosas. El descubrimiento indica que las propiedades de este cuerpo espacial podrían servir como precedente para futuras investigaciones, de esta manera los especialistas podrán comprender fenómenos locales.
Su nombre es WASP-121 b y entra en la categoría de exoplaneta gigante, lo que significa que está ubicado lejos de nuestro sistema solar. Mide 126.5 km de radio, es decir, 1.81 veces más grande que Júpiter, la primera vez que fue captado por equipo terrestre ocurrió en el 2015, pero en fechas recientes pudieron conocer de cerca su atmósfera.
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Investigadores del Instituto Max Planck de Astronomía en Alemania, se encargaron de analizarlo y tras varios años de estudio, publicaron sus hallazgos en la revista de divulgación Nature Astronomy, en donde se detalló que su composición genera un proceso de precipitación lleno de gemas de alto valor para los habitantes de la Tierra.
Es conocido como el ‘Júpiter caliente’, ya que sus temperaturas lo hacen un lugar inhabitable para cualquier forma de vida orgánica, los expertos mencionaron que alrededor de él gira su estrella protagonista al mismo tiempo que su rotación, por eso siempre tiene un lado oscuro y otro diurno, en el primero las temperaturas son de 1226.85° C y en el segundo 2726.85° C.
LAS CONDICIONES CLIMÁTICAS Y ATMOSFÉRICAS DEL WASP-121 B
Al inicio demostraron que en su atmosfera había agua, siendo el primer exoplaneta en contar con este recurso, pero en ese momento se confirmó que incluso así, no es probable que pueda albergar vida. Debido a la presión que ejercen ambas caras del WASP-121 b, se generan vientos extremos que trasladan moléculas de agua y átomos. Aunque no se alcanzan los ciclos comunes de este componente; sólido y líquido.
Se mencionó que esta actividad puede originar la formación de nubes con metales que incluyen vanadio, hierro, cromo, calcio, sodio, magnesio y níquel. Cuando el viento con una velocidad de 5 km por segundo recorre todo el exoplaneta en 20 horas, el oxígeno se fusiona con el aluminio y se forma el mineral corindón.
De esta forma se teorizó que en el lado diurno las nubes se evaporan y pueden producir lluvias de ruby y zafiro, estas gemas caen de forma líquida, los especialistas detallaron que no hay manera de cosecharlas, ya que no existen las herramientas o el equipo adecuado para tratarlas.
El grupo de investigadores liderado por Mikal-Evans, consiguió esta observación a través del telescopio espacial Hubble, el cual orbita afuera de la atmosfera terrestre a 593 kilómetros sobre el nivel del mar.
En conclusión, se resaltó que tras esta investigación, se tendrán más elementos para estudiar este tipo de fenómenos astronómicos: “La cantidad de carbono y oxígeno en la atmósfera proporciona pistas sobre dónde se forman este tipo de planetas”, explicó Evans.