Dentro de los exoplanetas o mundos que orbitan alrededor de otras estrellas, que ha descubierto la ciencia, WASP-69b es uno de los que más ha captado la atención de la ciencia debido a que cuenta con una cola de gas que podría explicar más sobre la forma en que evolucionan los planetas con sus soles.
Durante la 243ª reunión de la Sociedad Astronómica Estadounidense en Nueva Orleans, científicos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) dieron a conocer nuevos datos sobre este planeta que fue observado por primera vez en el 2018.
El exoplaneta se encuentra hinchado y se constituye de gas caliente al ubicarse a 160 años luz de la Tierra y orbita en su estrella anfitriona a una velocidad de 3.9 días.
Uno de los detalles que más intriga a los astrónomos es la cantidad de atmósfera que parece estar perdiendo en su vasta cola, la cual se pensaba que solo se trataba de un pequeño rastro de partículas de helio.
Ahora, se estima que este rastro que deja a su paso tiene una longitud de 563,270 kilómetros, siete veces el ancho del planeta, y se formó a causa de que su atmósfera es arrastrada por una ráfaga constante de viento solar que llega proveniente de su estrella.
En los datos, se encontró que la atmósfera se ha liberado a un ritmo de 200,000 toneladas por segundo, por lo que formó una cola expansiva similar a la que se forma alrededor de los cometas que nunca antes había sido vista.
“Se está bañando en radiación… Si alguna vez está pensando en jubilarse, le sugeriría que no considere hacerlo en este planeta”, comentó Dakotah Tyler, coautora del estudio y parte de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA, por sus siglas en inglés).
Junto a esta pérdida de su atmósfera exudativa, el exoplaneta comenzó a perder masa terrestre cada mil millones de años. Debido a que su tamaño es similar al de Júpiter la cantidad de masa que pierde todavía no puede considerarse como preocupante.
Con los resultados, se observaría como la atmósfera de WASP-69b ha interactuado con su estrella anfitriona, por lo que es un avance para conocer sobre la evolución de los planetas junto con sus respectivas estrellas.
¿Cómo se realizó el estudio de este exoplaneta?
Para confirmar los hallazgos sobre el exoplaneta WASP-69b se utilizó el Observatorio Keck ubicado en Hawái, Estados Unidos, uno que cuenta con un gran espejo que recoge más luz que los telescopios anteriores utilizados para el estudio de este astro.
Gracias a esto se encontró que el planeta podría estar cambiando de comportamiento, en algo que es conocido como variabilidad estelar y, por el momento, es difícil conocer los procesos que ocurren en su interior.
Junto a esta interacción del exoplaneta con su estrella anfitriona, otro elemento que impresiona a los científicos es su resistencia al viento estelar.
“Para la mayoría de los exoplanetas conocidos, sospechamos que el periodo de pérdida atmosférica concluyó hace mucho tiempo. El sistema WASP-69b es una joya porque tenemos una oportunidad única de estudiar en tiempo real y comprender la física crítica que da forma a miles de otros planetas”, comentó Erik Petigura, coautor del estudio y perteneciente a la UCLA.