Agenda: La noche del 4 de julio habrá un eclipse penumbral de Luna, veremos un obscurecimiento leve de una parte de la Luna. Iniciará a las 22 h (hora del centro de México) y terminará antes de la 1 am.
Las misiones espaciales nos emocionan cuando visitan a los planetas, pero tal vez, las verdaderas aventuras estén en sus lunas.
Llamamos satélite natural o luna (en minúsculas) a cualquier objeto no artificial, mayor al polvo estelar, que orbite a un planeta, planeta enano o asteroide.
Algunas lunas nacieron del material esparcido por el choque de un asteroide o cometa contra un planeta. Hace más de 4 mil millones de años, Theia, del tamaño de Marte, chocó contra la Tierra, originando a la Luna (L mayúscula), o eso dice la teoría. Otras lunas son asteroides capturados por la gravedad de los planetas, como las lunas de Marte.
Nuestra Luna es el único lugar después de la Tierra en donde han caminado seres humanos. A pesar de verla también de día, persiste el mito de que el Sol sale de día y la Luna de noche.
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Desde la Tierra solo vemos un lado de la Luna. Esto se debe a que la Luna gira sobre su eje en 28 días, los mismos 28 días que tarda en rodear a la Tierra. Esta rotación sincrónica existe también en otras lunas y en exoplanetas (los que orbitan a otras estrellas), mundos con un eterno día y una eterna noche.
La noche del 7 de enero de 1610, Galileo Galilei salió al balcón y estrenó su telescopio, observó a Júpiter y le vio tres estrellitas de un lado. A la noche siguiente las estrellitas estaban del otro lado, pensó que Júpiter las había rebasado, además notó que eran 4 y no 3. En las siguientes noches las estrellitas cambiaban de posición de un lado a otro de Júpiter. Galileo se dio cuenta que observaba lunas alrededor de Júpiter. Entonces el genial matemático Johannes Kepler pensó que si la Tierra tiene una luna y Júpiter cuatro, Marte al estar en medio de estos dos planetas debería tener dos, de acuerdo a su Armonía de los Mundos. En 1726 las lunas del planeta rojo fueron predichas una vez más en la novela de Jonathan Swift, Los Viajes de Gulliver. Fue hasta 1877 cuando se descubrieron las dos lunas de Marte.
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Al mejorar los telescopios y con la llegada de las sondas espaciales, más lunas se han ido descubriendo. Hoy conocemos 205 solo alrededor de los ocho planetas. Mercurio y Venus no tienen, la Tierra tiene una, Marte dos, Júpiter 79, Saturno 82, Urano 27 y Neptuno 14. Además, sumemos 14 lunas de planetas enanos: Plutón tiene 5, Haumea 2 y con una luna cada uno: Eris, Quaoar, Orcus, Salacia, Make Make, Varda y Gonggong. Y por si fuera poco, se han observado por ahora, hasta 257 lunas alrededor de asteroides. Y debe haber más.
Con telescopios desde nuestras casas podemos observar hasta 11 lunas. Es un deleite admirar los mares y cráteres de nuestra Luna terrestre. Luego, un telescopio pequeño ya alcanza a las 4 lunas galileanas de Júpiter. Y con más dificultad, desde lugares obscuros con un telescopio de 2” se observa a Titán de Saturno y con uno de 6” a: Rhea, Dione, Thetys, Encélado y Mimas también de Saturno. Vea a Júpiter y Saturno desde la media noche, al sureste, en el verano de 2020 y descubra sus lunas.
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Por definición, las lunas son de menor tamaño que los planetas a los que orbitan, sin embargo, algunas lunas son de mayor tamaño que otros planetas. Por ejemplo, Ganímedes de Júpiter y Titán de Saturno rebasan a Mercurio en tamaño. Plutón es menor que Ío, Europa y Calisto de Júpiter, la Luna y Tritón de Neptuno. Si estas lunas orbitaran al Sol y no a un planeta, serían considerados planetas.
Los nombres de las lunas de planetas y de algunos planetas enanos siguen la mitología grecolatina, excepto Urano, que llevan nombres de personajes de novelas de William Shakespeare y Alexander Pope. Algunas lunas de planetas enanos siguen la mitología hawaiana o de pueblos nativos americanos.
Las lunas de Marte, el dios de la guerra, son Fobos y Deimos, es decir, Miedo y Terror.
Júpiter es el nombre latino para Zeus, el dios griego. Sus lunas llevan el nombre de las amantes de Zeus y otros personajes femeninos en la vida del dios supremo. Solo Ganímedes es masculino.
Las cuatro lunas galileanas de Júpiter son: Ió, con 400 volcanes activos, ríos y plumas por doquier. Europa, una canica de hielo con un océano de agua líquida bajo el hielo, parece tener las condiciones para sostener la vida. Ganímedes y Calisto son de roca, con océanos subterráneos y una atmósfera tenue con oxígeno. Son buenos lugares para bases de exploración joviana.
En Saturno, Titán tiene océanos, continentes, islas, atmósfera, nubes y lluvias, pero en lugar de agua, lo que allá predomina es metano y etano. Parece poder soportar la vida. En 2005 arribó a Saturno la sonda Cassini y de ella se desprendió Huygens, que aterrizó en Titán. La luna Encelado tiene géiseres y criovolcanes, volcanes que expulsan hielo y crean nevaras. Rhea, de roca y hielo ¡tiene sus propios anillos! Japeto es mitad negro y mitad blanco. Mimas tiene un cráter enorme que recuerda a la Estrella de la Muerte de Star Wars. En 2014, Cassini observó el nacimiento de una luna en los anillos de Saturno, Peggy.
En Urano, sus lunas: Titania, Oberón, Umbriel, Ariel y Miranda, fueron descubiertas con telescopio, el resto con las misiones espaciales. En Neptuno, Tritón posee criovolcanes y es uno de los lugares más fríos del Sistema Solar.
Con el descubrimiento de exoplanetas, se estima que se han detectado hasta 8 exolunas en sus alrededores, por ahora.
Es imposible mencionar a todas las lunas del Sistema Solar. Muchas son más interesantes que los planetas. Hay más lunas que planetas con las posibilidades de soportar la vida, incluso más prometedoras que Marte pero están más lejos. ¿Serán igual de interesantes los lejanos exoplanetas y sus exolunas? german@astropuebla.org
