Cuando se suele ver a una persona con condiciones diferentes a la que cualquier otra tiene surgen dudas respecto a la forma en la que realiza sus actividades cotidianas y uno de estos casos es cuando se trata de una persona ciega, pues algo que muchos experimentan a diario son los sueños al momento de dormir, pero estos provienen de las imágenes visuales que tenemos en nuestro día a día.
Pues si bien cualquier persona al soñar puede recordar lugares, personas e incluso momentos, siempre se tiene una referencia gráfica que en automático nuestro cerebro asocia, sin embargo, cuando se trata de una persona que carece de esta capacidad, a lo largo de su vida no puede tener una muestra del mundo que le rodea en el ámbito visual, pero, ¿cómo sueñan?
¿De qué forma sueñan los ciegos?
De acuerdo con Bill Domhoff, profesor de la Universidad de California y pionero en la investigación en la materia, “los sueños no solo abarcan nuestros deseos sino nuestras preocupaciones, nuestros temores y nuestros intereses”, lo cual nada tiene que ver con la idea de que el no tener imágenes de referencia en el cerebro se complicaría para los ciegos la actividad de soñar.
Al respecto, existen diversas investigaciones que afirman que la forma en que los ciegos sueñan no se encuentra relacionada con imágenes sino con sensaciones, pues la manera en la que ellos experimentan el mundo exterior, incluso Enrique Efrain King Garcés, psicólogo del Instituto Nacional para Ciegos, afirmó que “sueñan con ideas; sueñan con sentir, tocar, oler”.
A diferencia que una persona con capacidad visual normal, los ciegos experimentan mayormente sensaciones sonoras, táctiles, gustativas y hasta olfativas, por lo que son más propensas a tener ciertos tipos de sueños por sobre las personas videntes como aquellos relacionados con el movimiento, los viajes e incluso presentan más pesadillas.
¿Existe una diferencia entre quienes nacieron ciegos y quienes perdieron la vista?
Pero estos trabajos no se han limitado a indagar sobre la manera en la que sueñan las personas invidentes, sino que incluso se han adentrado en determinar si existe una diferencia entre aquellas personas que desde su nacimiento no tuvieron la capacidad de ver y aquellas que por alguna situación perdieron esta capacidad a en un determinado momento de la vida.
Coincidiendo en que aquellas que nacen ciegas y las que pierden esta capacidad a una edad temprana, es decir antes de los cinco años, debido a que su cerebro no cuenta con un registro gráfico durante toda su vida no experimentan sueños con imágenes visuales, mientras que quienes perdieron la vista después de esta edad mínima si pueden llegar a experimentar sensaciones visuales.
Es por ello que los especialistas sugieren que existe un umbral de desarrollo en el que la visión, la cognición y la memoria se fusionan, aunque para quienes presentan esta situación, las imágenes visuales que perciben son concretas e identificables de la misma forma que para las personas videntes, aunque conforme el tiempo avanza esta capacidad se va viendo reducida.