Las sorprendentes tormentas planetarias

Los planetas dejaron de ser los apacibles luceros para devenir en destinos áridos

Germán Martínez | Sociedad Astronómica de Puebla Germán Martínez Hidalgo A.C.

  · martes 14 de julio de 2020

Foto: NASA / JPL-Caltech / SwRI / MSSS | Kevin M. Gill

Artículo No. 1231

En algún lugar de la mancha de cuyo planeta no quiero acordarme, no hace mucho que viajó una sonda, de las de armadura brillante, circuitos en serie y empuje gravitatorio. Una antena algo más ligera que común y un mensaje de oro para los lejanos oyentes. Se enfrentó a los gigantes de gas de quienes observó sus íntimos detalles.

Con las sondas espaciales de exploración planetaria, siglos después de los telescopios, los planetas dejaron de ser los apacibles luceros que adornan la noche, para devenir en destinos áridos o con atmósferas violentas, caóticas, con grandes tormentas y huracanes increíbles.

JÚPITER

El mayor de los planetas presenta una característica única que lo distingue de los demás, su Gran Mancha Roja.

De color rojo ocre, el anticiclón sobresale en la atmósfera de Júpiter, los vientos fluyen de entre 430 a 680 km/h. Mide lo de una Tierra, aunque décadas atrás media hasta 3 Tierras. Los astrónomos desconocen si es un fenómeno cíclico que crece y decrece o tiende a desaparecer.

Un anticiclón es un fenómeno atmosférico de alta presión, en donde los vientos fluyen hacia abajo. Son fenómenos muy estables. En la Tierra, los anticiclones se caracterizan por cielos claros, sin nubes o lluvias. Mientras que un ciclón es un sistema de baja presión, en donde los vientos húmedos y calientes fluyen hacia arriba, generando nubes y lluvias.

Foto: NASA / JPL-Caltech / SwRI / MSSS | Kevin M. Gill

El 31 de mayo, el astrónomo aficionado Clyde Foster de la Sociedad Astronómica de Sudáfrica, observó a Júpiter con un filtro de gas metano. Pronto descubrió un brillo que horas antes no aparecía en las observaciones de astrónomos de Australia.

Por fortuna, en Júpiter se encuentra la sonda espacial Juno de la NASA y como gran casualidad, estaba a 48 horas de sobrevolar la ahora llamada Gran Mancha de Clyde.

Días después el astrónomo aficionado Kevin Gill combinó cinco fotografías del 2 de junio tomadas por Juno. La imagen muestra a la Gran Mancha de Clyde en su esplendor. Apareció sobre el Cinturón Templado del Sur, cerca de la Gran Mancha Roja aunque es de menor tamaño. La nueva tormenta es un brote atmosférico de vientos convectivos, de las cuales se han observado otras en el pasado.

SATURNO

Cada 30 años terrestres o un año de Saturno (tarda 29 años en darle una vuelta al Sol), aparece una gran tormenta en el planeta de los anillos. En 2011 la sonda Cassini de la NASA y la ESA (Agencia Espacial Europea), observó una supertormenta llamada la Gran Mancha Blanca. Apareció en altas latitudes y por teleconexión modificó la temperatura y densidad hasta el ecuador, a miles de kilómetros. En pocos días, la tormenta rodeó a todo el planeta. La teleconexión es la conexión a distancia de fenómenos atmosféricos y también existe en la Tierra. Por ejemplo, la NASA encontró que la temperatura en el invierno en Indiana, Estados Unidos, está relacionada con la frecuencia de las nubes noctilucentes en la Antártida. Estas nubes son tan altas, que cuando el Sol se oculta e inicia la noche, las nubes aún son iluminadas por el Sol.

Foto: NASA / JPL-Caltech / SSI

Pero no es la única supertormenta en Saturno.

En agosto de 1981, la sonda espacial Voyager 2 de la NASA sobrevoló al planeta de los anillos, nueve meses después del sobrevuelo de la Voyager 1. Las Voyagers descubrieron nuevas lunas, divisiones desconocidas en los anillos, pero tal vez lo más sorprendente fue una enorme tormenta en el polo norte de Saturno con forma de hexágono.

Cuarenta años después la tormenta continua y se desconoce su edad. Algunos astrónomos piensan que es un fenómeno superficial mientras que otros creen que es un fenómeno que se sumerge en las profundidades de Saturno.

Los astrónomos Rakesh K. Yadav y Jeremy Bloxham de la Universidad de Harvard, crearon un modelo tridimensional que muestra que vientos de convección térmica, generan huracanes y otros flujos alternos, que ocasionan en el polo corrientes profundas poligonales. Lo que explicaría el hexágono de vientos en Saturno.

El misterioso hexágono de nubes, en el Polo Norte de Saturno

OTRAS TORMENTAS

Pero hay más. En Marte hay tormentas de arena y algunas han acabado con más de un rover marciano, los vehículos motorizadas que la NASA ha enviado al planeta rojo.

En 1989 la Voyager 2 observó en Neptuno una mancha obscura, que recuerda a Júpiter. Años después la mancha desapareció o se encogió y se movió al norte en donde se encontró otra de menor tamaño.

Foto: NASA / Voyager 2

La sonda Venus Express de la ESA observó en el polo sur de Venus a dos huracanes gemelos que giraban uno al otro en 3 días. El misterio aumenta al saber que los vientos altos rodean a Venus en 5 días, mientras que el planeta gira en 243 días. Se desconoce por qué los vientos son más rápidos que el planeta. Como curiosidad, Venus rodea al Sol en 224 días ¡su día dura más que su año! Los huracanes gemelos desaparecieron y solo quedó uno. ¿Es un evento normal o una gran casualidad que la Venus Express captara algo inesperado?

Estudiar las tormentas planetarias nos ayudan a comprender mejor cómo se forman las tormentas y huracanes en la Tierra. Entre más ejemplos, mejores explicaciones habrá. Verdaderos enigmas que atormentan a los astrónomos, no dejan de sorprendernos. german@astropuebla.org

Gráfico: NASA / JPL-Caltech