¿Alguna vez has intentado abrir los ojos debajo del mar? Quienes respondieron que sí, seguramente sabrán el ardor que se experimenta ante la visualización en las aguas saladas, sin embargo, existe una tribu que mutó para poder ver debajo del agua y poder aguantar la respiración para nadar, mucho más del tiempo normal o promedio de las personas.
Con esto no queremos decir que estas personas sean los siguientes ‘Acquaman de la Tierra’, pero sí tienen algún parecido con dicho superhéroe, es su gran habilidad para sumergirse en el agua y ver con total claridad debajo de ella.
De acuerdo con varios medios internacionales, los Moken son una tribu nómada y marítima, oriunda del archipiélago de Mergui, al sur de Birmania y a lo largo de la costa este de Tailandia.
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No obstante, lo más característico de este pueblo es su habilidad sobrenatural que se da entre los niños y jóvenes, que, al estar tan acostumbrados a nadar, pueden ver con total claridad bajo el agua, además de tolerar más tiempo del normal sumergidos y a mucha más profundidad.
¿A qué se debe la habilidad de Los Moken de ver con claridad bajo el agua?
Los Moken, también conocidos como los ‘gitanos del mar’, prácticamente nacen en el mar, pasan la mayor parte de sus vidas en barcos de madera hechos a mano, llamados kabangs, y vuelven al mar para morir.
De hecho, los niños que pertenecen a esta tribu, aprenden a nadar antes que a caminar para poder ayudar a la tribu buceando en busca de crustáceos y anguilas que comer o vender para sobrevivir.
Pero esta actividad, curiosamente, solo pueden hacer esto debido a una ventaja especial: pueden ver con claridad bajo el agua y son capaces de aguantar la respiración el doble de tiempo que el resto de las personas.
La primera persona que investigó a fondo esta insólita propiedad, fue la bióloga Anna Gislén, quien, intrigada por esta tribu, viajó para encontrarse con las primeras familias Moken de vida seminómada.
Luego de varios experimentos, Gislén descubrió que, en efecto, los Moken percibían la realidad bajo el mar con mayor definición que ella, algo que nada tiene que ver con ninguna mutación extraordinaria, sino más bien, se debe a una forma diferente de controlar su cuerpo.
Fue así como en 1999, unos expertos de la Universidad sueca de Lund se propusieron descubrir el secreto de esta asombrosa habilidad, para estudiar todos sus hábitos y medir la capacidad de su vista.
La razón de esta agudeza visual desafiaba las leyes de la anatomía y según se comprobó con una cámara de fotos subactuática y un estudio con niños europeos, las pupilas de estos pequeños se dilataban bajo el agua hasta alcanzar los 2,5 mm de diámetro. Sin embargo, las pupilas de los niños Moken se contraían cuando se sumergían, reduciendo su diámetro hasta sólo 1,96 mm, tal y como si fueran cámaras de fotos en las que se puede reducir la apertura, aumentando la resolución y la profundidad de campo.
La primera hipótesis que presentó la investigadora sueca explicaba que la diferencia biológica entre los niños de esta tribu y los europeos, tenía que ver con los genes y la selección natural, ya que, si durante tantas generaciones, los Moken habían vivido en un medio acuático, quizá esta les había favorecido con la particular característica de ver mejor bajo el agua.
No obstante, la investigadora no se quedó con su propia hipótesis y realizó un segundo experimento en su ciudad natal, donde seleccionó a cuatro niñas suecas en una piscina y las sometió a un entrenamiento por varios meses en el agua y midió la contracción de sus pupilas al sumergirse bajo el agua. Fue así como descubrió que estas se contrajeron tanto como la de los Moken y veían menos borroso bajo el agua, porque habían practicado el ejercicio, por lo que se comprobó que nada tenían que ver los genes con dicha habilidad.
En conclusión, la tribu de los Moken no se trata de un grupo de mutantes ni X-Men actuales, sino más bien, niños que se habían criado en un contexto radicalmente distinto al nuestro.