Una mujer afroamericana se convirtió en el tercer caso documentado de una persona que se cura de VIH gracias a un trasplante de células madre provenientes de un cordón umbilical.
Durante un periodo de 14 meses la mujer no volvió a mostrar un signo de VIH y, a diferencia de los otros dos casos comprobados, es la única que no tuvo complicaciones u otras enfermedades a causa del tratamiento.
¿CÓMO FUNCIONA EL TRATAMIENTO?
La mujer estadounidense, de la que no se dio a conocer su nombre por cuestiones de seguridad, tiene 60 años y recibió el diagnostico de VIH-1 por primera vez en junio de 2013.
Para agosto de 2017 decidió someterse a un trasplante combinado de sangre de cordón umbilical de un donante con la mutación CCR5delta32, la cual se identificó que es capaz de bloquear la entrada del VIH a las células.
Debido a que las células de la sangre del cordón pueden tardar hasta seis semanas en injertarse, recibió a la par células madre sanguíneas que eran parcialmente compatibles de un familiar.
Solo pasó 16 días en el hospital y fue dada de alta, a lo que los investigadores atribuyen a que las células madre medio compatibles ayudaron a reforzar su sistema inmunológico hasta que las células del cordón umbilical se volvieron las dominantes.
A los 11 meses del trasplante volvió a sus actividades diarias normales y a los 37 meses decidió suspender su tratamiento antirretroviral. La última actualización del caso se dio durante la conferencia donde se confirmó que la paciente llevaba más de 14 meses sin mostrar signos de VIH en la sangre como anticuerpos del virus.
“La suspensión exitosa de la replicación del VIH-1 a niveles clínicamente indetectables se mantuvo durante todo el periodo de trasplante hasta por un año”, explica el estudio original. “Los estudios virales e inmunológicos correlativos están en curso, junto con los efectos sobre el reservorio latente, que era detectable antes del trasplante”.
Los investigadores señalaron que se busca profundizar en los estudios para comprender porqué las células madre del cordón umbilical pudieron funcionar de tan buena manera, aunque se estima que es por su capacidad de adaptación. Además, en esta sangre pueden existir otros elementos que ayudaron a la eficacia del trasplante.
El caso fue dado a conocer durante la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas que se realiza en Denver, Colorado, en una investigación que originalmente se dio a conocer primero en 2018 y que ya fue confirmado por el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIH, por sus siglas en inglés), de los Estados Unidos.
LOS CASOS DE CURA DEL VIH ANTERIORES
Antes de este caso, ya habían existido dos en donde las personas lograron curarse de VIH después de un trasplante de células madre.
El primero fue Timothy Ray Brown, conocido como “el paciente de Berlín”, quien tuvo la enfermedad y se consideró curado por un periodo de 12 años hasta su muerte a causa de leucemia en septiembre de 2020.
El paciente estuvo ceca de morir tras realizarse el trasplante, pero logró sobrevivir, aunque tuvo efectos secundarios provocados por la enfermedad de injerto contra huésped, en donde las células del donante suelen atacar el cuerpo que es receptor.
Respecto al segundo caso se trata de Adam Castillejo conocido como “el paciente de Londres”, el cual fue dado a conocer en 2019 y se trata de una persona de origen latino que no ha tenido la enfermedad durante más de 30 meses.
Castillejo también se vio afectado por la enfermedad de injerto contra huésped, además de que tuvo efectos secundarios como pérdida auditiva, una baja de peso excesiva al perder casi 70 libras, como diversas infecciones.
Por ello, este tercer caso supone una mejor vía para encontrar una cura definitiva contra e VIH, enfermedad que se mantiene como incurable y de la que solo existen terapias antirretrovirales de control.
Sobre la mutación de célula que impide el acceso del VIH, esta solo se ha identificado en cerca de 20,000 donantes, la mayoría descendentes del norte de Europa. Esta mutación se trata del receptor de quimiocinas CC tipo 5 (CCR5), que es el co-receptor clave para la entrada del VIH en las células T-CD4.
La investigación fue realizada por un estudio observacional de la Red Internacional de Ensayos Clínicos sobre el SIDA en Adolescentes y Pediatría Materna (IMPAACT por sus siglas en inglés) a cargo de las doctoras Yvonne Bryson de la Universidad de California y Deborah Persaud de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore.