Científicos del espacio siguen en la búsqueda de descubrir los procesos que conlleva la formación de planetas y en especial los lugares de su nacimiento, algo en lo que el telescopio James Webb comienza a ayudar.
Naman Bajaj, científico de la Universidad de Arizona, Estados Unidos, y el doctor Uma Gorti, del Instituto SETI, lideraron un estudio en el que mostraron la primera imagen en donde se muestran los vientos de un antiguo disco de formación de planetas, todavía muy joven con relación al Sol, mientras dispersa activamente el contenido de gas.
Previamente ya se tenía conocimiento e imágenes de este tipo de discos, pero no de los vientos que contienen y que es de suma importancia para los investigadores, debido a que saber cuándo se dispersa el gas es lo que limita el tiempo que les queda a los planetas nacientes para consumir el gas dentro de su entorno.
Para la detección los científicos utilizaron las cuatro líneas de los gases nobles Neón (NE) y Argón (Ar), una de las cuales es la primera detección en un disco de formación de planetas. Con las imágenes, también se mostró que el viento proviene de una región extendida del disco.
Sobre la ubicación de esta observación se dio en la estrella nombrada como TCha, una joven en comparación a nuestro Sol, que está envuelta por un disco de erosión que destaca por su enorme espacio de polvo, de aproximadamente 30 unidades astronómicas de radio.
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“Estos vientos podrían ser impulsados por fotones estelares de alta energía (la luz de la estrella) o por el campo magnético que teje el disco de formación de planetas”, señaló Naman Bajaj.
¿Cómo se da la formación de los planetas?
Los investigadores señalaron que, los sistemas planetarios como nuestro sistema solar parecen tener características más rocosas, pero los discos de formación de planetas suelen comenzar con 100 veces más masa en gas que en sólidos. Por ello, es que una de las constantes dudas es el momento en que sale la mayor parte del gas de estos sistemas.
En las primeras etapas de la formación del sistema planetario, los planetas se fusionan en un disco giratorio de gas y polvo diminuto alrededor de la joven estrella. Las partículas comienzan a agruparse y forman trozos cada vez más grandes que son conocidos como planetesimales.
Los planetesimales con el tiempo chocan y se pegan, formando finalmente los planetas. Su tamaño, tipo y ubicación depende de la cantidad de material disponible y del tiempo en que pertenecen en el disco, por lo que su formación depende de la evolución y dispersión de estos discos.
El mismo grupo de científicos ya había realizado simulaciones de la dispersión impulsada por fotones estelares para diferenciar entre ambas y en las comparaciones con las observaciones reales, se descubrió que la dispersión por fotones estelares de alta energía puede explicar lo que sucede, pero no excluirse como una posibilidad.
“La medición simultánea de las cuatro líneas por parte del Telescopio James Webb resultó crucial para precisar las propiedades del viento y nos ayudó a demostrar que se están dispersando cantidades significativas de gas”, comentó el doctor Andrew Sellek parte del Observatorio de Leiden.
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Los investigadores también detallaron que la cantidad de masa que se dispersa cada año es equivalente a la del tamaño de la Luna.