Oler fragancias naturales al dormir mejoraría en más del 200 por ciento la capacidad cognitiva, señalaron científicos de la Universidad de Irvine en California (UCI) y de su Centro para la Neurobiología del Aprendizaje y la Memoria.
En un estudio publicado por la universidad y por la revista Neuroscience explica cómo este descubrimiento podría transformar el vínculo conocido entre el olfato y la memoria, para utilizarlo como una técnica fácil y no invasiva para fortalecer la memoria y potencialmente disuadir la demencia, indicó la investigación.
Al respecto, el estudio muestra que, desde hace tiempo, se conoce la relación entre la pérdida de la capacidad olfativa con el desarrollo de casi 70 enfermedades neurológicas y psiquiátricas como puede ser el Alzheimer, la esquizofrenia, el alcoholismo y el Parkinson.
También se citan otros estudios como uno en donde se expuso a personas con demencia moderada a hasta 40 olores diferente dos veces al día durante un periodo de tiempo y como esto ayudó a que mejorara su memoria, sus habilidades lingüísticas, alivió su depresión y mejoró su olfato.
Con este estudio, los investigadores de la UCI señalaron que se confirmó la conexión entre el olfato y la memoria.
“El sentido del olfato tiene el privilegio especial de estar conectado directamente con los círculos de memoria del cerebro”, comentó Michael Yassa, profesor y presidente del James L. McGaugh en Neurobiología del Aprendizaje y la Memoria e investigador colaborador del estudio. “Todo el mundo ha experimentado lo poderosos que son los aromas para evocar recuerdos, incluso desde hace mucho tiempo”.
¿Cómo se realizó el estudio con los olores y la capacidad cognitiva?
Para la investigación se tuvo la participación de hombres y mujeres de 60 a 85 años sin problema de memoria. A cada uno de ellos se les entregó un difusor y siete cartuchos aromáticos que contenían un único y diferente aceite natural.
Los participantes fueron divididos en dos grupos, el primero de ellos recibió cartuchos de potencia completa, mientras que un segundo de control recibió aceites en pequeñas cantidades. Cada uno de los participantes colocó un cartucho diferente en el difusor cada noche previo a acostarse y se activó de forma automática cada dos horas mientras dormían.
Aquellos que recibieron el cartucho aromático completo mostraron un aumento del 226 por ciento en el rendimiento cognitivo en comparación con el segundo grupo de control, esto tras unas pruebas de lista de palabras comúnmente utilizadas para verificar la memoria.
Al escanear a las personas se reveló una mejor integridad en la vía del cerebro conocida como fascículo uncinado izquierdo, una vía que conecta el lóbulo temporal medial con la corteza prefontral de toma de decisiones y que se vuelve menos sólida con el paso de los años. Además, este grupo señaló que pudo dormir de manera más profunda.
“La realidad es que, a partir de los 60 años, el sentido del olfato y la cognición comienzan a caer por un precipicio. Pero, no es realista pensar que las personas con deterioro cognitivo puedan abrir, oler y cerrar 80 botellas de olor diariamente. Esto sería difícil incluso para aquellos sin demencia”, comentó Michael Leon, profesor de nuerobiología y comportamiento.
Después de los resultados, los investigadores ahora estudiarán el impacto de la técnica con los olores en personas con pérdida cognitiva diagnosticada. Además, esperan que esto habrá el camino a nuevas terapias olfativas para el deterioro de la memoria e incluso planean el lanzamiento de un producto basado en su estudio para el uso en casa y que saldría a la venta en otoño.
