¿Platicas con tus plantas? Estudio muestra que no son silenciosas

De acuerdo con el estudio, los sonidos de las plantas serían tan agudos que muy pocos humanos serían capaces de escucharlos

Julio Sánchez | El Sol de Puebla

  · jueves 30 de marzo de 2023

Las plantas en estrés serían las que mayor cantidad de sonidos realizarían en la naturaleza. Foto: Ilustrativa Wikimedia Commons

En la naturaleza, las plantas son unos seres vivos que se dice “sufren en silencio”, debido a que, dentro de sus capacidades conocidas, no se encuentra la de emitir sonidos en ninguna etapa de su vida, ya sea durante su desarrollo o al terminar su crecimiento, pero un estudio descubrió que en realidad sí contribuirían con el ruido del ambiente.

Lilach Hadany, coautora del estudio y profesora de la Facultad de Ciencias de las Plantas y Seguridad Alimentaria y directora del programa de la Facultad George S. Wise de Ciencias de la Vida en la Universidad de Tel Aviv, explicó que las plantas cuando entran en situaciones de estrés o tienen sed emiten “sonidos en el aire”.

Aunque el estudio indica que la mayoría de los botánicos consideran al reino vegetal como uno en gran parte silencioso, el mundo se encontraría rodeado de una cacofonía de sonidos generados por las plantas.

La investigación detalla que es en estos momentos de estrés, por ejemplo, como cuando a una planta se le cortan los tallos, comienzan a emitir hasta 24 sonidos por hora. De manera contraria, las plantas bien hidratadas y sin cortar solo llegan a emitir un sonido por hora.

En cuanto a las razones por la que los humanos no podamos escucharlas, se debe a que realizan ruido ultrasónico, de 200 a 100 kilohercios, que es equivalente a 10ª hercios (el múltiplo de la unidad de medida de la frecuencia) y que tiene un periodo de oscilación de un milisegundo.

A pesar de ser zona protegida, en La Malinche es notoria la tala de parte de diversos grupos. Foto: El Sol de Puebla

Los sonidos serían tan agudos que solo unos cuantos humanos podrían percibirlos, pero en el mundo animal existirían especies que serían capaces de detectarlos y que formen parte de su ambiente. Estos serían algunos como los murciélagos, ratones y las polillas, e incluso las plantas también serían capaces de responder al sonido de los animales.

Previamente el equipo de investigadores liderados por Hadany en la universidad de Tel Aviv ya habían descubierto que las plantas serían capaces de “oír” sonidos y descubrieron que algunas especies como las prímulas nocturnas de la playa liberan un néctar más dulce cuando se exponen al sonido de una abeja.

¿Cómo emiten sonido las plantas?

Debido a que las plantas no tienen cuerdas vocales o pulmones para ser su fuente para realizar algún ruido, los investigadores indicaron que la teoría principal es que estos se producen en su xilema, que son los tubos que transportan agua y nutrientes desde sus raíces hasta sus tallos y hojas.

El agua en la xilema se mantiene a causa de la tensión superficial, como ocurre con los popotes al tomar algo. Al generarse burbujas, cuando estas se rompen pueden hacer pequeños chasquidos y las burbujas se producirían de mayor forma cuando la planta se encuentra en estrés por la sequía.

La forma en que esto se descubrió fue al colocar plantas de tabaco y tomate en pequeñas cajas equipadas con una gran variedad de micrófonos. Los dispositivos fueron capaces de detectar el ruido que emitían, especialmente cuando estaban bajo estrés por la falta de agua o por un corte reciente de sus tallos.

Cuando explicó sobre qué es lo que se escucha, la profesora Lilach Hadany indicó que son “clics muy cortos”, similares a los que realizan las palomitas de maíz, por lo que no debería entenderse como si fuera música o canto.

Describir cómo funciona el mecanismo para producir sonido es uno de los siguientes pasos del estudio. Los investigadores realizaron un modelo de aprendizaje automático para deducir si una planta había sido cortada o estaba estresada por la falta de agua con un 70 por ciento de precisión.

También, se buscó registrar el sonido de plantas en un invernadero con tecnología que filtraba el ruido de fondo del viento y las unidades de aire acondicionado. Al hacerlo descubrieron que plantas como el trigo, maíz y las uvas emitían ruido cuando tenían sed. Pese a estas primeras pruebas, se explicó que se necesitan de mayor cantidad de estudios para describir su funcionamiento.

La decisión de investigar si las plantas emitían algún sonido llegó después de que Lilach Hadany detectó el ruido de un cactus que tenía en su laboratorio hace seis años por medio de un micrófono ultrasónico, pero en ese momento no pudo descartar que se trataba de otros sonidos del ambiente.