Cada vez es más frecuente ver como parejas prefieren adoptar perros a tener hijos, las razones que suelen dar, el cambio climático que está acabando con el mundo, la realización personal, en el trabajo y de pareja, entre algunas más, sin embargo, hay una explicación más científica a este fenómeno.
Además, debido al alza de mascotas en los hogares, la población se ha vuelto más consiente sobre su cuidado y respeto, aunque también las denuncias por maltrato se han hecho más frecuentes y algunas cuentan con sanciones penales, de igual manera existen iniciativas para procurar la vida de los animales sin importar su especie o raza.
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¿Qué dice la ciencia?
Según información proporcionada por Shelly Volsche, antropóloga social de la Universidad de Nevada en Estados Unidos, indica que las personas que deciden tener “perrhijos” o cualquier otro tipo de animal a su cuidado en lugar de hijos humanos son más conscientes de la responsabilidad que conlleva el cuidar una vida adicional a la suya.
“Estas personas compartieron deliberadamente que habían elegido activamente gatos y perros en lugar de niños. En muchos casos, su uso de términos relacionales entre padres e hijos, por ejemplo, llamándose a sí mismos la ‘mamá’ de una mascota, era simplemente una abreviatura”, comparte la experta en un informe publicado en Scientific American titulado “Las 'mamás' y 'papás' de perros y gatos realmente están criando a sus mascotas” por su traducción al español.
De acuerdo con el informe, con el cuidado de mascotas los seres humanos cumplen su necesidad de cuidar y ver por alguien más, mientras que los animales sienten la figura de cuidado, cariño y sustento por parte de sus dueños, las mismas funciones de los progenitores.
Los riesgos de humanizar mascotas
Se entiende por “humanizar” cuando los dueños los adiestran y tratan con características propias del ser humano, como colocarles ropa o adornos que pueden lastimarlos o evitar que sigan su desarrollo normal como el caso de colocarles zapatos, esto impide que pueden analizar el suelo que pisan.
Algunos otros también los sobreprotegen, prohibiendo que jueguen o se revuelquen en tierra, incluso no se les permite jugar con objetos del suelo, aunque este consejo sirve para niños humanos, los animales lo hacen por naturaleza y no les afecta.
Estas acciones pueden perjudicar a su desarrollo y afectar a su salud emocional causando estrés por no poder seguir sus instintos; miedo e inseguridad, ya que irán perdiendo la confianza en si mismos; problemas para socializar, una causa de esto podría ser cuando los enseñan a hacer sus necesidades en el escusado y pierden su olor para relacionarse con otros animales y el hiperapego que se da cuando no se les enseña a quedarse solos y puede provocar llanto, temblor, defecan en cualquier lugar o incluso llegan a romper cosas.