La naturaleza por si sola suele regalar diversos espectáculos constantemente, pero algunos de ellos son exclusivos de determinadas zonas y en momentos específicos del año, tal es el caso de la llamada noche polar, el cual nada tiene que ver con bajas temperaturas, sino con la falta de luz solar.
Y es que no sucede en todo el mundo, sino en lugares específicos, el cual es resultado de un fenómeno astronómico, aunque para los que habitan en estos rincones del globo terráqueo ya no se trata de una novedad, debido a que año con año se presenta, para lo cual incluso se tienen que preparar, pues se ven modificadas sus actividades diarias a causa del mismo.
¿En qué consiste el fenómeno de la noche polar?
Se le llama noche polar al fenómeno que se da con la llegada del invierno, cuando comienzan a darse semanas en las que la oscuridad se apodera de algunas regiones del mundo debido a que los rayos del Sol no logran llegar a estas superficies, de aquí que reciba el nombre de “noche”, pues el cielo nocturno se prolonga por varios días y debido a la zona recibe el nombre de “polar”.
Este efecto se genera debido a la inclinación del eje de la Tierra, misma que ocasiona que el Sol no alcance una altura suficiente para poder aparecer por encima del horizonte, evitando que la luz directa llegue a las regiones más cercanas de los polos, variando la duración del mismo dependiendo de cada región y latitud, pudiendo ser de entre 40 y 66 días.
Respecto a los puntos en los que sucede este efecto es específicamente en las regiones del círculo polar, como Barrow, también conocida como Utqiaġvik, Alaska; Múrmansk, Rusia; Nuorgam, Finlandia y Tromso, Noruega, aunque existen algunas otras, donde el ritmo de vida de los seres vivos de estas regiones se ve afectado debido a los llamados ciclos de sueño, entre otros.
¿Cómo afecta la noche polar a los habitantes de estas zonas?
Dentro de los principales afectados por tener periodos de noche tan largos en la zona de los círculos polares se encuentran las personas, los animales y hasta el clima, pues en el caso de las primeras estas pueden sufrir cambios en su estado de ánimo, llegando incluso a padecer depresión durante toda la temporada invernal, esto por la falta de rayos ultravioleta.
Por otro lado, en cuanto a los animales se refiera, un estudio de la Universidad del Ártico en Noruega pudo determinar que durante este periodo incrementa su actividad reproductiva, además de que el clima frío se intensifica, pudiendo alcanzar los -20 °C en enero, favoreciendo incluso la aparición de auroras, luces brillantes y cielos estrellados en el cielo.
La forma en que los habitantes de estos sitios afrontan el tema en algunos casos es reduciendo sus actividades a visitas familiares y tareas dentro del hogar, algunos incluso adelantando sus reuniones al último día iluminado con la intención de observar el último atardecer, lo cual en contraste incrementa la presencia de turistas para disfrutar de los diversos espectáculos naturales.