El pasado domingo 6 de octubre se anunció la muerte de Sammy Basso de 28 años, la persona más longeva con progeria de Hutchinson-Gilford, dedicó su vida a la investigación y a dar visibilidad a la enfermedad que padecía.
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El padecimiento aún no cuenta con una cura, sin embargo, gracias a el trabajo de distintos investigadores como Sammy se ha podido llegar a medicamentos que ayuda a aminorar y controlar los síntomas.
¿Quién era Sammy Basso?
Sammy Basso era un reconocido científico italiano que padecía una rara enfermedad conocida como progeria de Hutchinson-Gilford que le fue diagnosticada cuando apenas tenia 2 años, a pesar de lo complicado de su condición, Basso se mostró optimista y dedicó su vida la investigación para que las personas que padecen progeria puedan tener una mejor condición de vida.
A la edad de 23 años se graduó de Ciencias Naturales en la Universidad de Padua en Italia, durante su estadía investigó sobre las alternativas que ayudarían a hacer más lento el desarrollo de la enfermedad para evitar muertes prematuras y desgastes físicos mayores en las personas que lo padecen.
Con apenas 10 años fundó la Asociación Italiana Progeria Sammy Basso, una fundación que buscaba darle visibilidad a la progeria de Hutchinson-Gilford que cuenta con pocos casos en el mundo, además busca recaudar fondos para seguir financiando investigaciones en el campo. Esta misma asociación fue la que anunció su muerte a través de redes sociales.
“Estamos profundamente agradecidos por el privilegio de compartir una parte de nuestro viaje con él. Él nos enseñó a todos que, aunque los obstáculos de la vida a veces parezcan insuperables, vale la pena vivirla al máximo”, mencionaron en el comunicado.
Progeria de Hutchinson-Gilford, una rara enfermedad
Se trata de un trastorno genético que entre sus principales síntomas aceleran el envejecimiento en niños durante los primeros años de vida, la Clínica Mayo informa que las personas que lo padecen cuentan con una esperanza de vida promedio de 15 años, sin embargo, en algunos casos pueden llegar hasta los 20.
Si bien la enfermedad no presenta síntomas durante el primer año de vida es importante prestar atención si se encuentra en los menores crecimiento lento y sin aumento de peso, cabeza más grande en comparación al cuerpo, caída de pelo con pestañas y cejas, piel delgada, y venas fácilmente visibles a través de piel.
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Gran parte de los casos de muertes por la progeria de Hutchinson-Gilford son ocasionados por problemas relacionados con aterosclerosis, un endurecimiento en las arterias, entre sus complicaciones que incluyen insuficiencia cardiaca congestiva y accidentes cerebrovasculares ya que la sangre no llega al cerebro.