Con el uso de dos telescopios de rayos X, la NASA informó que fue capaz de detectar ondas de radio desde el espacio profundo tras observar el comportamiento errático de una estrella muerta.
Por medio de un comunicado, la agencia de los Estados Unidos mostró sus resultados tras ver un evento conocido como ráfaga de radio rápida, apenas unos minutos antes y después de que ocurriera.
Pese a que las ráfagas duran solo una fracción de segundo son capaces de liberar tanta energía como la que libera el Sol en todo un año, por lo que su luz también forma un rayo similar a un láser, que es la diferencia con otros fenómenos como las explosiones cósmicas que suelen ser más caóticas.
Debido a su corta duración, es difícil determinar de dónde provienen, por lo que los científicos no tenían una idea concreta de como estos fenómenos radioeléctricos extremos se originaban o de dónde provenían.
Para los nuevos datos, se observó en octubre de 2022 un objeto extremadamente denso llamado magnetar, que son los restos colapsados de una estrella que explotó y ubicado en la galaxia natal de la Tierra, el cual había liberado una rápida ráfaga de radio que estalló.
Este magnetar fue nombrado como SGR 1935+2154, produjo otra rápida ráfaga de radio, la cual fue estudiada por los telescopios Neuron Star Interior Composition Explorer o NICER de la NASA y por el Nuclear Spectroscopic Telescope Array o NuSTAR que se encuentra en baja órbita terrestre.
Los telescopios observaron el fenómeno del magnetar durante horas tanto en la superficie del objeto fuente como en sus alrededores inmediatos, antes y después de la rápida explosión de radio, lo que permitió descubrir que la explosión se dio después de dos “fallos” cuando el magnetar de repente comenzó a girar más rápido.
Al respecto, se estima que el magnetar tiene cerca de 20 kilómetros de ancho y gira alrededor de 3.2 veces por segundo, lo que significa que su superficie se mueve a unos 11 mil kilómetros por hora, por ello, el ralentizarlo o acelerarlo requiere de una cantidad significativa de energía.
Los científicos mostraron sorpresa al ver que, entre fallas, el magnetar se desaceleró a menos de su velocidad previa a la falla en solo nueve horas, o aproximadamente 100 veces más rápido de lo que jamás se había observado un magnetar.
“Normalmente, cuando ocurren fallas, el magnetar tarda semanas o meses en volver a su velocidad normal. Es evidente que están sucediendo cosas con estos objetos en escalas de tiempo mucho más cortas de lo que pensábamos anteriormente, y eso podría estar relacionado con la rapidez con la que se generan las ráfagas de radio”, detalló Chin-Ping Hu, astrofísico de la Universidad Nacional de Educación de Changhua en Taiwán y autor principal del estudio.
¿Qué más debes saber sobre los magnetares en el espacio?
La NASA explicó que los magnetares cuentan con una gran cantidad de variables para provocar estas ráfagas de radio, debido a que tienen características como el ser tan densos que una cucharada de su material pesaría alrededor de mil millones de toneladas en la Tierra, por lo que cuenta con una fuerte atracción gravitacional.
Esta fuerte gravedad significa que su superficie es un lugar volátil que libera de manera periódica distintas ráfagas de rayos X y luz de mayor energía. En el caso del que fue detectado por la NASA, comenzó con la liberación de erupciones de rayos X y rayos gamma previo a su rápida explosión de radio en octubre de 2022, lo que permitió que los telescopios lo detectaran en su visión periférica.
Los científicos señalaron que otro factor para que el magnetar produjera esta ráfaga se encuentra en que es sólido y la alta densidad aplasta el interior hasta un estado conocido como superfluido. Ambos estados pueden desincronizarse y cuando esto sucede el líquido puede entregar energía a su corteza, que es lo que podría provocar que frenaran la rápida ráfaga de radio.
En caso de que el fallo inicial provocara una grieta en la superficie de magnetar, podría haber liberado material del interior de la estrella al espacio como si se tratara de una erupción volcánica. Mientras, la pérdida de masa hace que los objetos que giran se desaceleren provocando el cambio en el magnetar.
Ya que solo uno de estos eventos pudo ser observados en tiempo real, los científicos no pueden explicar con seguridad cuáles son los factores para conducir a la producción de una rápida ráfaga de radio, por lo que incluso es posible que algunos no estén relacionados en absoluto con la ráfaga.