Las experiencias gastronómicas de cada región se han vuelto elementos atractivos, tanto para los locales como para los turistas. Existen comercios que ofrecen diferentes servicios que no se salen de lo tradicional, por lo que en algunos casos la comida incluso deja de ser lo importante, como ocurre en un restaurante de Japón.
Existe un restaurante en ese país que puede parecer como cualquier otro, pero la diferencia principal es que sus meseras abofetean a sus clientes. No solo eso, sino que ellos pagan para que eso ocurra, lo que se ha convertido en su servicio más popular, el cual es completamente distinto a lo que pasa en el resto de establecimientos de este tipo.
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Estos golpes han sido grabados y compartidos en distintas redes sociales, donde no han tardado en generar cientos de reacciones, que en su mayoría han sido de sorpresa, pues los usuarios no saben por qué pueden existir estos negocios.
¿Cuánto cuesta este servicio?
Este restaurante, llamado Shachihoko-ya, abrió en 2012. Aunque al inicio tuvieron varios problemas por la poca afluencia de clientes y estuvieron a punto de cerrar, decidieron añadir el servicio de ‘las cachetadas’, que tiene un costo que ronda entre los 300 y los 500 yenes, lo que da un aproximado de 50 pesos mexicanos.
El negocio está ubicado en Nagoya, específicamente en Nishiki Sanchome, un barrio conocido por ser uno de los más populares por su vida nocturna, lo que ha hecho que sea un punto turístico muy visitado.
El personal masculino que labora en este lugar lleva el nombre de ‘Shachihoko Boys’ y usan trajes dorados con tocados en forma de pez, mientras que las mujeres se encargan de ejecutar las funciones violentas.
¿En qué consiste?
De acuerdo con el Daily Mail, los comensales que solicitan ser atendidos de esa manera son golpeados en la cara por mujeres vestidas con kimonos; esto no ocurre solo una vez, sino en repetidas ocasiones.
En las imágenes difundidas en la web se aprecia cómo algunas personas terminan en el suelo luego de haber sido abofeteadas, mientras que otras quedan con las mejillas marcadas de color rojo debido a la intensidad del impacto.
En cuanto ellas acaban con esa tarea, muchos de los comensales incluso les dan las gracias. Los medios locales precisaron que no solo son los hombres quienes pagan por esto, ya que también varias mujeres lo prueban.