/ viernes 30 de octubre de 2020

Componer para orquestas virtuales, la "nueva normalidad"

Hacer piezas para ser interpretadas por músicos que graban a distancia es la nueva normalidad para la Sinfónica de Brasil

RÍO DE JANEIRO. La Orquesta Sinfónica Brasileña (OSB) incluyó en uno de sus conciertos virtuales de este mes una obra inédita para un sexteto de violonchelos compuesta especialmente para ser grabada por cada músico desde su casa. Se trata del "nuevo normal" para la música clásica tras la pandemia de coronavirus, asegura su autor.

La pieza es del prestigioso compositor brasileño Antonio Ribeiro, a quien la OSB le encomendó una obra nueva para un concierto virtual con el que conmemoraría sus 80 años, y el músico, además de crear una obra dedicada a la propia pandemia, la escribió con todos los cuidados y detalles necesarios para que pudiera ser montada sin que los músicos se encontrasen, según explicó a Efe.

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La llamada Cantilena para ensemble de seis violonchelos tuvo su debut mundial el 22 de octubre como la mayor atracción del repertorio de uno de los conciertes virtuales, junto con obras de grandes compositores brasileños como Heitor Villa-Lobos y Chiquinha Gonzaga, con los que la OSB viene festejando sus 80 años.

Fue la primera vez que la Sinfónica Brasileña interpretó de forma virtual una composición hasta entonces inédita.

Por las restricciones impuestas por la pandemia, la OSB limitó sus presentaciones a conciertos virtuales con aportes grabados por sus músicos desde casa, enviados por internet y mezclados y montados en estudio, pero hasta ahora habían sido composiciones que los instrumentistas ya han interpretado, que conocen o que pueden escuchar por ya haber sido presentadas por otras orquestas.

UNA NUEVA REALIDAD

El compositor Antonio Ribeiro, de 49 años y autor de un centenar de composiciones tanto para orquesta sinfónica como para piano, considera que crear para conciertos virtuales será parte de la nueva realidad tras la pandemia de coronavirus, no sólo por las limitaciones que aún habrá que enfrentar, sino por las facilidades ofrecidas por la tecnología y por las grandes posibilidades que ofrece.

"Como creo que eso es algo que llegó para permanecer por todas las dificultades, he conversado con colegas y ellos se han mostrado de acuerdo y compartido esta idea, de que la gente necesita reflexionar sobre cómo, ante esa nueva realidad, necesitamos escribir para grupos virtuales". Se trata de una herramienta que, agregó, "abre posibilidades increíbles, una paleta enorme de situaciones que podemos aprovechar, como componer para grupos formados por músicos que viven en diferentes lugares del mundo".

Afirmó que su primera experiencia fue con una composición para música de cámara, un sexteto de violoncelos, pero que la técnica puede ser usada para crear y montar de forma virtual una sinfonía, un concierto o cualquier composición.

"La complejidad aumenta porque tenemos un universo mayor de instrumentos pero creo que es perfectamente posible componer para conciertos virtuales de orquesta", afirmó.

Entre las posibilidades abiertas por esta técnica citó la de que un concierto pueda ser montado por músicos virtuosos desde los países donde viven, sin necesidad de reunirlos, o la de crear una orquesta con músicos de diferentes partes del mundo.

Para el montaje de la obra no pudo haber ensayos, todos los participantes grabaron su parte en casa y se montó en un estudio de grabación / Reuters

LA PRIMERA COMPOSICIÓN

Sobre su primera composición para un concierto virtual, Ribeiro, que es miembro y fundador del "Núcleo Hespérides: Músicas de las Américas" -un grupo que investiga, divulga y graba música contemporánea producida en el continente-, afirmó que quedó muy satisfecho con el resultado pese a que no llegó a conversar previamente con ninguno de los músicos ni ellos entre sí.

"Cuando la compuse tuve que pensar en el hecho de que cada músico, así como terminó ocurriendo, tendría que grabar en su propia casa. Por lo tanto no tuvieron los ensayos presenciales de costumbre, en el que la regla es que el texto musical sea debatido y discutido entre ellos", afirmó el compositor.

"Hay una serie de cosas que ocurren en el ensayo presencial, como la mirada directa, el sentir la respiración de uno y otro, la combinación de los crescendos y de los decrescendos, definir cómo hacer para resolver determinado pasaje que tal vez sea mas complicado, que no ocurren en una grabación virtual", agregó.

Según Ribeiro, en una grabación virtual cada músico recibe su partitura y una pista general, y tiene que estudiarla imaginando cómo será su interpretación y cómo quedará juntándola a las otras.

"Entonces hay un factor nuevo, inédito, que es impuesto por la pandemia, que hace que cada uno tenga que pensar un poco como solista, ya que no tendrán los ensayos para hacer la música de cámara tradicional, de la forma como era siempre hecha", explicó.

Ribeiro aseguró que, pensando en ello, le ofreció a cada músico la posibilidad de ser el protagonista en algún momento de la obra.

La primera composición brasileña de música clásica creada especialmente para un concierto virtual fue bautizada como "Cantilena" precisamente por tratarse de una obra un poco nostálgica que invita al oyente a reflexionar sobre la situación que vive el mundo por la pandemia del coronavirus.

"Mi intención era que la música mostrase la situación en que estamos sumergidos. Las personas están un poco tristes y viven la sensación de nostalgia, melancolía y hasta rabia", concluyó.




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La pieza es del prestigioso compositor brasileño Antonio Ribeiro, a quien la OSB le encomendó una obra nueva para un concierto virtual con el que conmemoraría sus 80 años, y el músico, además de crear una obra dedicada a la propia pandemia, la escribió con todos los cuidados y detalles necesarios para que pudiera ser montada sin que los músicos se encontrasen, según explicó a Efe.

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Fue la primera vez que la Sinfónica Brasileña interpretó de forma virtual una composición hasta entonces inédita.

Por las restricciones impuestas por la pandemia, la OSB limitó sus presentaciones a conciertos virtuales con aportes grabados por sus músicos desde casa, enviados por internet y mezclados y montados en estudio, pero hasta ahora habían sido composiciones que los instrumentistas ya han interpretado, que conocen o que pueden escuchar por ya haber sido presentadas por otras orquestas.

UNA NUEVA REALIDAD

El compositor Antonio Ribeiro, de 49 años y autor de un centenar de composiciones tanto para orquesta sinfónica como para piano, considera que crear para conciertos virtuales será parte de la nueva realidad tras la pandemia de coronavirus, no sólo por las limitaciones que aún habrá que enfrentar, sino por las facilidades ofrecidas por la tecnología y por las grandes posibilidades que ofrece.

"Como creo que eso es algo que llegó para permanecer por todas las dificultades, he conversado con colegas y ellos se han mostrado de acuerdo y compartido esta idea, de que la gente necesita reflexionar sobre cómo, ante esa nueva realidad, necesitamos escribir para grupos virtuales". Se trata de una herramienta que, agregó, "abre posibilidades increíbles, una paleta enorme de situaciones que podemos aprovechar, como componer para grupos formados por músicos que viven en diferentes lugares del mundo".

Afirmó que su primera experiencia fue con una composición para música de cámara, un sexteto de violoncelos, pero que la técnica puede ser usada para crear y montar de forma virtual una sinfonía, un concierto o cualquier composición.

"La complejidad aumenta porque tenemos un universo mayor de instrumentos pero creo que es perfectamente posible componer para conciertos virtuales de orquesta", afirmó.

Entre las posibilidades abiertas por esta técnica citó la de que un concierto pueda ser montado por músicos virtuosos desde los países donde viven, sin necesidad de reunirlos, o la de crear una orquesta con músicos de diferentes partes del mundo.

Para el montaje de la obra no pudo haber ensayos, todos los participantes grabaron su parte en casa y se montó en un estudio de grabación / Reuters

LA PRIMERA COMPOSICIÓN

Sobre su primera composición para un concierto virtual, Ribeiro, que es miembro y fundador del "Núcleo Hespérides: Músicas de las Américas" -un grupo que investiga, divulga y graba música contemporánea producida en el continente-, afirmó que quedó muy satisfecho con el resultado pese a que no llegó a conversar previamente con ninguno de los músicos ni ellos entre sí.

"Cuando la compuse tuve que pensar en el hecho de que cada músico, así como terminó ocurriendo, tendría que grabar en su propia casa. Por lo tanto no tuvieron los ensayos presenciales de costumbre, en el que la regla es que el texto musical sea debatido y discutido entre ellos", afirmó el compositor.

"Hay una serie de cosas que ocurren en el ensayo presencial, como la mirada directa, el sentir la respiración de uno y otro, la combinación de los crescendos y de los decrescendos, definir cómo hacer para resolver determinado pasaje que tal vez sea mas complicado, que no ocurren en una grabación virtual", agregó.

Según Ribeiro, en una grabación virtual cada músico recibe su partitura y una pista general, y tiene que estudiarla imaginando cómo será su interpretación y cómo quedará juntándola a las otras.

"Entonces hay un factor nuevo, inédito, que es impuesto por la pandemia, que hace que cada uno tenga que pensar un poco como solista, ya que no tendrán los ensayos para hacer la música de cámara tradicional, de la forma como era siempre hecha", explicó.

Ribeiro aseguró que, pensando en ello, le ofreció a cada músico la posibilidad de ser el protagonista en algún momento de la obra.

La primera composición brasileña de música clásica creada especialmente para un concierto virtual fue bautizada como "Cantilena" precisamente por tratarse de una obra un poco nostálgica que invita al oyente a reflexionar sobre la situación que vive el mundo por la pandemia del coronavirus.

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