Al costado de un camino de terracería, ubicado a seis kilómetros al sur de la zona arqueológica de Cantona en Tepeyahualco, Puebla, pobladores de la región encontraron una tumba troncocónica, considerada como la primera en su tipo a las afueras de la zona.
De acuerdo a los especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el entierro prehispánico se compone de los restos óseos de cuatro individuos adultos jóvenes con más de 2 mil años de antigüedad, los cuales, derivado de su posición anatómica presentan mal estado de conservación, a excepción de la última capa en la que se halló una osamenta en mejores condiciones.
Asimismo, indicaron que los restos se encontraban en una serie de pequeñas formaciones irregulares, similares a pequeños montículos aplanados y compuestos de roca basáltica y tezontle fino, material usado por los descubridores para construcción.
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Cabe destacar que, fue esta misma práctica la que ocasionó que la mitad del montículo se destruyera y a su vez, la bóveda de la tumba colapsara por la mitad.
“Debido a que desde hace décadas el área ha sido explotada como banco de materiales, la mitad del aparente montículo fue destruida, lo que propició que la bóveda de la tumba troncocónica se colapsara por la mitad. De igual manera, a un metro y medio hacia el noreste, se observaron los restos de otra tumba troncocónica, la cual ya estaba derribada casi en su totalidad”, compartió la Secretaría de Cultura federal.
Entre las características de la tumba, arqueólogos revelaron que mide 1.60 metros de altura, de base 97 centímetros aproximadamente y que se ampliaba hasta el 1.10 metros a la mitad de la estructura, mientras que, en el extremo superior se cerraba hasta 45 centímetros.
Manifestaron que también, tiene forma de botella, paredes de piedra careadas, pulimentadas hacia el interior y al exterior, conservan la forma natural de la roca basáltica, características del periodo Formativo del año 300 a.C. Hasta el momento, este tipo de entierros se han localizado sólo en la Cuenca de México, en Cuicuilco, Guanajuato y Michoacán.
Por su parte, y luego de la inspección correspondiente, los arqueólogos del Centro INAH en Puebla María de la Luz Aguilar Rojas y Alberto Diez Barroso Repizo confirmaron que los tiestos corresponden en su mayoría a los tipos Tezontepec Rojo y Payuca Rojo, ubicados cronológicamente para la fase Cantona I Tardío 300 a.C. a 50 d.C.
En el mismo sitio, se localizó el fragmento de un vaso característico del tipo Poleo Rojo con manchas negras de los periodos Cantona I Tardío y Cantona II de hace 150 a.C. a 900 d.C.