Ann crea desde cero su vestuario, accesorios, maquillaje y sobre todo la personificación de series de anime, videojuegos, películas y series, que están inspirados en sus propios gustos pero sin dejar de lado a los que se encuentran de moda en el mundo del cómic.
Su inicio en el cosplay empezó a los 15 años de edad, sin embargo, esta afición quedó detenida por un tiempo mientras viajaba por diferentes estados de México.
Fue en San Luis Potosí cuando acoge al personaje de “Catra”, una de las princesas del poder y con la cual se ganó a los adeptos de la Otakon.
A un año de decidir cambiar su participación de amateur a profesional, Ann ha invertido en aprender a diseñar y confeccionar ropa, a construir aditamentos que van desde detalles de los trajes hasta poderosas armas, ha tomado lecciones de make up, encaminadas a la transformación radical de su rostro, para dejarle el paso a Beidou de Genshin impact, Caitlyn Kimmaran de Arcane y Kimetsu no Yaiba de Inosuke.
“Hacer cosplay es un privilegio”, asegura la joven y asevera también que es gratificante al ver los resultados cuando es abordada en las convenciones por las personas que se acercan a ella en busca de una foto.
Ann cuenta que la comunidad de cosplay que existen en los diferentes estados a los que ha viajado son grupo de personas que arropa y da un cálido recibimiento a personas que recién se integran, y Puebla no ha sido la excepción, pues cuenta entusiasta que su amistad trasciende los personajes y las convenciones.
Ann sabe que continuará en este mundo del cosplay, entregando su energía y tiempo a este mágico mundo.