En la alimentación de la mayoría de los mexicanos, el consumo de carnes rojas suele no ser común debido a los elevados costos que tienen los productos derivados de esta, por lo que la mayoría de las familias recurren a la compra de pollo, por lo que figura como uno de los alimentos base en nuestro país, en un promedio de 35.5 kg por persona al año seguido de la de cerdo y vaca.
Pero, aunque al llevarlo a la boca el pollo puede tener el sabor más exquisito del mundo, poco se presta atención a la manera en la que estos seres llegan hasta nuestra mesa, lo que recientemente fue dado a conocer por el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), quien indicó que sólo en 2021 en nuestro país se mataron más 2 mil 51 millones de animales para alimentar a la población, de los cuales el 98 por ciento fueron pollos.
¿Cómo se les quita la vida a los pollos utilizados para el consumo?
De acuerdo con un trabajo encabezado por la organización Igual Animal, si bien el tiempo de vida promedio de un pollo es de entre 5 y 10 años, los que son utilizados para el consumo humano en México sólo tienen un periodo de vida de 42 días, es decir cuando aún pueden ser considerados como bebés, lo cual es posible luego de un crecimiento acelerado mediante una selección genética.
A esto se suma una corta vida llena de agresiones, por lo que este estudio lo coloca como el animal terrestre de consumo más maltratado y más matado en nuestro país, lo que ha encendido las alarmas por la forma en que se maneja esta industria, pese a que la matanza de pollos para carne se encuentra regulada por la Norma Oficial Mexicana, la cual establece requisitos mínimos.
Pese a ello son utilizadas técnicas como el aturdimiento eléctrico, el degüello, la descarga de sangre y la evisceración, lo cual sucede cuando estas aves alcanzan el tamaño esperado para su consumo, para lo que son tomados de las patas con la finalidad de trasladarlos a los rastros, de una manera en la que sufren lesiones, además de que muchos reciben la muerte estando conscientes, lo que hace que su muerte sea lenta y en agonía.
¿Cómo es la cría de los pollos de consumo?
Pese a que se encuentra comprobado que los pollos son animales sensibles y que tienen la posibilidad de experimentar dolor, miedo y estrés, al grado que tienen una compleja vida emocional y social, este estudio demostró que desde que eclosionan del huevo son transportados a naves industriales, en hacinamiento dentro de cajas.
Es en estos sitios donde los conocidos como pollos “broilers” o “de engorde” se crían en condiciones que la organización clasificó como de confinamiento y hacinamiento extremo, permaneciendo de manera constante sobre una capa de excremento que diario aumenta, por lo que el ácido úrico termina por causarles quemaduras y ulceraciones en pecho y extremidades.
A estas agresiones se suma una que interfiere en su estructura social, la cual radica en el hecho de que con este medio de vida les es imposible establecer una jerarquía, además de que es mediante el uso de antibióticos que se busca promover su crecimiento, provocando una resistencia bacteriana, además de que el peso que alcanzan les impide incluso llegar al agua y la comida.