Mucha inteligencia demuestra las mascotas, como los perros, en diversos momentos. La cantidad de habilidades y de acciones que se les pueden enseñar con entrenamiento suele sorprender, con experimentos tan fascinantes y extraños como el enseñarles a manejar.
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Salido de la ciencia ficción o de una pesadilla de alguien que no quiere mucho a los perros, en Nueva Zelanda fue posible encontrar a algunos de ellos conducir por las calles como parte de un gran proyecto.
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La Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales (SPCA) de Nueva Zelanda fue la que encabezó este proyecto en el 2012, en una campaña que tenía la intención de enseñarle a las personas que los perros rescatados en los refugios eran muy inteligentes y merecían tener una nueva oportunidad con otras familias.
Como el entrenamiento es clave para las mascotas, este grupo se encargó por un total de siete semanas de entrenar a tres perritos diferentes: Monty, Porter y Ginny, de enseñarles a manejar.
El primer paso fue enseñarles a cómo funcionaban las acciones básicas de manejo por medio de un simulador, por lo que se adaptó un asiento para que los perros pudieran alcanzar el volante como los pedales.
De esta forma, aprendieron a cómo cambiar la marcha, frenar, conducir, por lo que aprendieron a manejar desde la acción de encender el auto, para su comodidad automáticos con encendido por medio de botón, la mejor forma de cómo agarrar el volante para realizar los movimientos exactos para direccionar el vehículo cuando sus guías se los indican.
Perros logran superar la prueba y conducen un automóvil
Durante los entrenamientos de la SPCA, la marca de automóviles MINI se enteró del proyecto y decidió participar, por lo que fue un modelo MINI Countryman Cooper S el primero en ser manejado por un perrito.
La fecha en que las pruebas ocurrieron fue el lunes 10 de diciembre de 2012, en un evento que fue televisado totalmente en vivo por el programa más importante de aquel momento en el país de Oceanía de nombre “Campbell Live”.
Porter fue el primero en tomar el volante, un perro cruza de Beardie con 10 meses de edad y que había sido abandonado en las calles. Posteriormente siguieron Monty, cruce de Schnauzer gigante que fue abandonado por su familia debido a que era difícil de manejar, y finalmente Ginny, cruza de Whipets rescatada de un lugar donde sufrió abuso.
MINI se encargó de modificar los asientos de los automóviles y de adaptarlo para que fuera igual a las sillas que utilizaban para entrenar, por lo que todo salió de gran forma y dejó resultados espectaculares.
“Estamos encantados con el resultado del proyecto Driving Dogs”, señaló la compañía en un comunicado en aquel 2012. “Esta campaña refuerza esto y demuestra cuán dotados, talentosos e inteligentes son realmente los animales de SPCA. Esperamos que anime a la gente a considerar los perros de la SPCA como mascotas, crear conciencia e impulsar las adopciones”.
Tras el éxito del proyecto para que los perros pudieran conducir, la SPCA de Nueva Zelanda aprovechó las miradas para incrementar el número de adopciones y de apoyo a sus refugios. Dentro de las mascotas adoptadas se encontró Porter, el primer perro en conducir, quien obtuvo una nueva familia en febrero de 2013.