Cada vez estamos más cerca del principio de año, y generalmente las personas se dejan llevar por la euforia de las fiestas y hacen un montón de propósitos que casi nunca los cumplen, tales como: dejar de fumar, hacer ejercicio y trabajar más, entre otras cosas, pero ¿por qué no probar con un enfoque diferente y mejor hacer una lista de antipropósitos? Si no sabes de lo que estamos hablando, entonces esta nota es para ti.
¿Ir al gimnasio?, ¿iniciar la dieta?, ¿dejar algún hábito nocivo?, ¿viajar más?, ¿iniciar un fondo de ahorro? Sí, estas son tan solo algunas de las preguntas que la mayoría de las personas se hacen durante estas últimas semanas que despiden el año.
No obstante, ese tipo de gente se termina enrolando en una de las causas de ansiedad más comunes durante las fiestas decembrinas, ya que, para mediados de enero, muchos dejan las pesas, se bajan de las caminadoras y vuelven a los hábitos pocos saludables. Para que esto no te pase, te daremos algunos consejos.
- Te recomendamos: Año Nuevo: 5 vinos sin alcohol para brindar en estas fiestas
¿Qué es un antipropósito?
A pesar de que no es un concepto muy común, en los últimos años el término antipropósito ha ido ganando gran popularidad, mismo que se refiere a aquellas acciones y planificaciones concretas destinadas a abandonar un hábito concreto o una rutina que no produce satisfacción o positivismo a la persona. Sin embargo, aún no hay una definición estipulada.
“Un antipropósito no es otra cosa que un propósito que una persona se hace a sí misma con licencia para incumplirlo. Se podría considerar el antipropósito como el propósito de dejar de hacer algo que venimos haciendo toda la vida, sin saber ni por qué ni para qué, pero que no nos resulta gratificante”, explicó Enric Soler Labajos, psicólogo relacional y tutor del grado de Psicología de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
En este sentido, en el contexto de las metas marcadas al inicio del año, cada vez son más las personas que optan por establecer antipropósitos como táctica para definir aquellas que no quieren lograr. Y es que, según los expertos, como norma general, suele resultar más fácil liberarse de rutinas ya conocidas que adquirir otras nuevas.
Es así como, en lugar de establecer la meta de perder peso, un antipropósito podría ser "no obsesionarse con la dieta" o bien, "no dejar que la apariencia física dicte mi felicidad". De esta forma, será una forma más sana de abordar las metas desde una perspectiva paradójicamente inversa e identificar comportamientos no deseados en lugar de establecer metas específicas.
- Te sugerimos: Inicia el 2024 ahorrando con estos sencillos consejos
¿Cómo empezar a crear los antipropósitos?
Finalmente, si ya te convenciste de que cambiar de hábitos no es fácil o de que ya no vale la pena intentarlo, de acuerdo con la psicoterapeuta Beatriz Flores Ledesma, del sitio Psicólogo Transpersonal, simplemente date la oportunidad de cambiar la perspectiva; cuanto más tiempo dediques a observar tu comportamiento y a generar antipropósitos, será más sencillo involucrar a tu cerebro en este proceso, y lo puedes empezar de la siguiente manera:
De entrada, toma papel y lápiz, y comienza a hacer una pequeña lista de los propósitos que llevas años deseando cumplir y no cumples
Polariza tu lista de propósitos y genera un compromiso, por ejemplo:
- Lavar la ropa todos los domingos (Propósito)
- No voy a lavar la ropa todos los domingos (Anti-propósito)
- Voy a lavar la ropa cuando vea que solo me quedan 3 calzones limpios (Compromiso)
Otra forma de hacerlo, sería escribir un propósito que no hayas cumplido y el sentimiento que te genera; redactar una declaración afirmativa respecto a este propósito y finalmente hacer un compromiso, por ejemplo:
- Propósito no cumplido: Soy un fracaso, no soy capaz de ir al gimnasio
- Declaración: Soy capaz de ir al gimnasio
- Compromiso: Iré al gimnasio tres veces por semana