Dentro de las prácticas que existen en la religión católica y que siguen las personas creyentes es la de bendecir los objetos que la acompañan o que tienen gran importancia para ellos, como puede ser el automóvil.
A nivel espiritual, el bendecir un elemento significa la santificación y colocarlo al servicio de Dios, por lo que se valora más y se distingue de otros. Esto solo puede ser realizado por un obispo, sacerdote o diácono, quienes, debido a su consagración, reciben en sus manos el óleo especial de la unción.
En el caso de los vehículos, el bendecirlo significa el sentir la protección de Dios al usarlo y manejar bajo su guía. El momento en que el acto debe de realizarse es usualmente tras comprarlo o antes de llevarlo a un viaje de varias horas o kilómetros.
Para los automovilistas poblanos el sitio en el que, por tradición, se llevan los autos para realizar la bendición, se trata del Convento de las Cinco Llagas de San Francisco, mejor conocido como el Templo de San Francisco, ubicado a un costado del bulevar Héroes del 5 de mayo y la 14 Oriente en el centro de la ciudad.
Es recurrente que los fines de semana se pueda ver una gran cantidad de automóviles formados sobre la lateral del templo. A veces la fila cubre toda la calle e incluso llena el estacionamiento que a unos metros se encuentra.
Los automovilistas esperan de manera paciente y muchas veces tienen el vehículo con el cofre abierto también para que el agua bendita alcance zonas como el motor.
Usualmente, los horarios en que se realiza este ejercicio de bendición son de 11:00 a 14:00 horas los fines de semana. La acción no tiene costo, aunque se puede dar una cantidad simbólica.
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Previo a la pandemia, la actividad era más común debido a que más de 100 vehículos podían verse en espera de recibir la bendición durante los días de mayor afluencia.
¿Por qué se bendicen los autos en el Templo de San Francisco?
La razón por la que el Templo de San Francisco se ha convertido en el punto al que se acercan los automovilistas en busca de bendecir su automóvil se debe a que es el recinto del beato fray San Sebastián de Aparicio, conocido como el patrón de los conductores y de los caminos.
San Sebastián de Aparicio ingresó como fraile a la Orden Franciscana destinado al convento de Santiago de Tecali y donde recibió el oficio de limosnero para recorrer los caminos de Puebla, Tlaxcala, Ciudad de México y Veracruz.
Se le considera el creador del transporte rodado en México al utilizar una carretilla para transportar las reces que comercializaba como parte de su labor ganadera y tras recibir el permiso para mejorar las rutas existentes en aquellos tiempos.
Dentro de su actividad también, en 1542 abrió el camino entre el Real y Minas de nuestra señora de los Remedios en Zacatecas.
Al ser el santo patrono de los conductores, el templo de San Francisco se comenzó a llenar con los automovilistas, motociclistas, bicicletas y demás conductores que buscan recibir la bendición.
El templo de las 5 llagas de San Francisco es también el primer convento establecido en la capital de Puebla. Su construcción comenzó en 1531 y su decoración concluyó hasta el año de 1767. Además de albergar a la figura de San Sebastián de Aparicio cuenta con una gran cantidad de obras y decoraciones de la época colonial.
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Oración para bendecir un auto nuevo
Padre Celestial, en tus manos entrego este vehículo, porque a ti te pertenece; Cuida de este vehículo en la carretera, que no cause ni reciba daño en su tránsito.
Que sea Tú tomando el control de este vehículo, que Tú sabiduría se manifieste sobre el que está conduciendo, y pueda evitar las adversidades que se puedan presentar en el camino.
Padre Celestial, la ley del orden y del mecanismo perfecto se manifiesta en todo su mecanismo. Que la presencia de Dios se encuentre en este vehículo, y bendiga a todos sus ocupantes.
Amado Dios, que el conductor de este vehículo sea un emisario de Tu espíritu, que en el descienda la virtud de un buen juicio, y la habilidad de tomar decisiones rápidas.
Dios, cuida de este vehículo, que con tanto esfuerzo y sacrificio he comprado; en tus manos te lo entrego para que este vehículo este protegido por ti mi Dios.
Amén.