Cuando comenzamos a planear nuestras decoraciones de Navidad, una discusión puede aparecer es el elegir un árbol natural o uno artificial para decorar. Cada uno tiene diferentes propiedades como beneficios, pero en especial cierto impacto ecológico.
Las personas cada vez más se interesan por las cuestiones ambientales y esto ha afectado la navidad como sus decoraciones. Pensar de manera ecológica ayuda a que seamos más conscientes del clima como de nuestro impacto en el ambiente.
Pese a que muchos se inclinan por los árboles artificiales por ser más duraderos o sencillos, los naturales ganan en otros aspectos ecológicos con diferencias que deben de saberse. Al final, la época es de celebración y debemos elegir opciones que vayan con nuestro espacio como que contribuyan a nuestra felicidad.
EL DEBATE ENTRE LOS TIPOS DE ÁRBOLES
Diversos estudios se han realizado para definir cuál es el árbol ideal, uno de los más importantes realizado por WAP Sustainability Consulting en 2018 al ser encargado por la Asociación Estadounidense de Árboles de Navidad, que representa a los fabricantes de árboles artificiales.
Dentro de su reporte, detallaron los puntos que implica la producción de cada uno de los árboles y los contaminantes que exige cada uno. Respecto a los árboles artificiales, estos se realizan con materiales como plástico, cloruro de polivinilo o PVC, que se basan en petróleo y en instalaciones petroquímicas que son altamente contaminantes.
Además, la mayor cantidad de productores de árboles artificiales se encuentra en China, donde la electricidad se genera por medio de la quema de carbón, que es altamente contaminante. Junto a esto, su transporte implica una mayor cantidad de contaminantes al ser trasladados en barcos con motores diésel que generan gases de efecto invernadero.
Al llegar a su destino, implican un nuevo sistema de transportación por medio de camiones de carga pesados que generan nuevos gases contaminantes como smog en las ciudades que contribuyen al calentamiento global.
Pasando a los árboles naturales, se necesitan de al menos siete años para que un árbol de Navidad crezca completamente. Los espacios donde se plantan tratan de ser equilibrados, por lo que por cada árbol que se tala o quema se busca plantar la misma cantidad o uno más.
Mientras crecen, ayudan a eliminar los gases que afectan la atmósfera, pero al ser talados pueden liberar todo el carbón que han estado almacenando. El problema principal con los árboles naturales se da cuando termina la Navidad y muchos no saben cómo almacenarlos o retirarlos de su casa.
La mayoría de las veces se puede observar los árboles en basureros o tirados en las calles, los cuales terminarán en vertederos donde su descomposición contribuye a la producción de metano, un gas de efecto invernadero. De acuerdo a estudios realizados en países como España, más de dos millones de árboles podrían terminar en los vertederos.
Por ello, se debe encontrar el sitio correcto para depositar el árbol y pueda ser convertido en abono o ser destruido en forma apropiada. Cada vez es mayor la cantidad de iniciativas de gobierno como de empresas privadas que invitan a la gente a llevar sus árboles naturales pasada la navidad y no solo dejarlos en la basura.
Hacer esto podría traer un beneficio más ante los árboles artificiales, debido a que, al estar hechos de plástico, cuando se tiren pasarán años en descomposición y pueden liberar nuevas sustancias contaminantes.
EL EQUILIBRIO ENTRE LOS DOS TIPOS DE ÁRBOLES
Dentro del reporte de WAP Sustainability Consulting encontró que el punto de equilibrio se encuentra en el tiempo en que mantengamos el árbol artificial. Si se utiliza al menos 4.7 años, su impacto ambiental será el mismo a comprar árboles naturales durante 4.7 años.
Para obtener la conclusión, se consideraron las métricas ambientales y los escenarios al final de vida de uso de cada árbol. Estudios previos como el de PE Americas llegó a conclusiones similares, donde los árboles artificiales podrían resultar en una mejor compra, pensando en los contaminantes, si se mantenía por al menos cinco años.
PE Americas también señaló que es difícil encontrar casos en donde un árbol artificial es cambiado año con año, por lo que su tiempo de uso sí suele ser largo. En datos de British Carbon Trust, el 81 por ciento de árboles que se utilizan en el mundo para Navidad son artificiales contra el 19 por ciento de los naturales.
Junto a las consideraciones ambientales, la decisión sobre qué árbol elegir puede irse en aspectos como el aroma que puede llegar a tener el natural o lo fácil que es adornar uno artificial. Si se decide por el artificial considere que sea una compra a largo plazo y no lo cambie de inmediato a la siguiente navidad. Si decide por el natural, se debe comprobar que existen las vías adecuadas para su recolección y transformación al final de la navidad.