Mucho se ha hablado de la inteligencia de los delfines y ahora en un reciente estudio se logró identificar que al igual que los humanos, los machos de esta especie convocan a sus amigos para asaltar, saquear o en su caso capturar y defender a las hembras en celo.
De acuerdo con la investigación esto es posible debido a que recuerdan los nombres o silbidos característicos de sus compañeros más cercanos, esto con base en recuerdos de quienes cooperaron con ellos en el pasado, sumado a su concepto de pertenencia a un equipo.
A este trabajo también se suma la evidencia de que estos animales han desarrollado cerebros grandes para navegar en sus complejos entornos sociales, entre los cuales los delfines machos suelen cooperar como pareja o trío.
Mediante una llamada “alianza de primer orden” una de las acciones para la que estos animales trabajan juntos es para encontrar y acorralar a una hembra fértil.
En tanto que, al cooperar en alianzas de segundo orden, compuestas de hasta 14 delfines, se defienden de grupos rivales que intentan robar a la hembra, mientras que estas alianzas pueden unirse en alianzas de tercer orden, hecho que brinda a los machos una mayor posibilidad de tener aliados para ahuyentar a los rivales.
Cabe señalar que, aunque los delfines suelen cambiar de pareja en sus alianzas e primer orden, pueden mantener a sus aliados de los grupos de segundo orden hasta por décadas, pues dichos grupos son considerados la unidad central de la sociedad masculina de esta especie.
En cuanto a la manera de identificarse entre sí, los científicos han detectado que los silbidos de estos animales son clave, pues cada uno de ellos aprende un sonido único que es característico de su madre y mismo que conserva toda la vida.
Para este estudio los científicos utilizaron a una población de delfines mulares del Indo-Pacífico, misma que fue rastreada con una variedad de micrófonos submarinos desde el 2016, con lo que identificaron qué delfín producía cuál silbido, posteriormente entre 2018 y 2019 mediante un altavoz reprodujeron algunos de los sonidos con lo que animales de entre los 28 y los 40 años reaccionaban.