La entidad poblana no ha sido capaz de terminar con los crímenes contra ecologistas o la degradación ambiental, colocándolo en el top 10 de peores estados con impunidad ambiental a nivel nacional, de acuerdo con la primera edición de índice de Impunidad Ambiental (IGI-Ambiental), presentado por la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP).
El estudio con mediciones del 2020, calificó la impunidad a través de una medición estadística, analizó cuatro dimensiones analíticas: capacidad institucional, degradación ambiental, crimen ambiental y estrategia intergeneracional, además de 42 indicadores representativos de problemáticas del sector ambiental.
En esta calificación, el valor máximo es de 4 puntos. Sin embargo, ninguna entidad alcanzó dicho puntaje, mientras que el promedio nacional de impunidad ambiental es de 1.93.
Puebla se ubicó entre los 15 estados que tienen un nivel medio de impunidad con 1.84 puntos, en la posición 24 de 32 entidades federativas.
Mientras que el estado peor calificado es Colima, registrando 1.59 puntos, lo que equivale a un nivel muy alto de impunidad ambiental.
CAPACIDAD INSTITUCIONAL
Este rubro se refiere a los recursos presupuestales, instrumentos jurídicos o mecanismos de política pública existentes para la formulación e implementación de política ambiental en cada estado.
En la capacidad institucional, la calificación máxima es de 1 punto, sin embargo, el promedio nacional es de 0.25 y ningún estado alcanza el puntaje máximo. Puebla registró 0.20.
Veracruz y Yucatán, con 0.15 puntos, cada uno, son los estados peor calificados a nivel nacional. Mientras que la entidad mejor calificada es la Ciudad de México, con apenas 0.46 puntos. El segundo lugar lo ocupa Baja California Sur registrando 0.44.
Los académicos argumentan que, aunque las políticas ambientales sean adecuadas y sus resultados ambiciosos, de poco sirven si los recursos presupuestales no son suficientes ni las capacidades institucionales adecuadas.
CRIMEN AMBIENTAL
En el crimen ambiental se midió la existencia de delitos y factores de riesgo para el medioambiente.
Se registraron las denuncias de posibles violaciones al medio ambiente (por cada 100 mil habitantes), los ataques a defensores ambientales, los delitos federales contra el medio ambiente y las declaratorias de desastres naturales publicadas en el Diario Oficial de la Federación.
Al igual que el punto anterior, la calificación máxima es de 1 punto, y el promedio nacional es de 0.75. En este punto, la entidad poblana registró 0.75 puntos, es decir, igualó la media nacional.
La entidad peor calificada es Baja California Sur con 0.50, seguido de Colima con 0.51. Los estados mejor evaluados son: Nuevo León y Tamaulipas con 0.86 y 0.85, respectivamente.
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DEGRADACIÓN AMBIENTAL
En lo que corresponde a la degradación ambiental se midieron situaciones como los daños a los bosques, incendios forestales, municipios con sequía, la calidad del agua superficial y subterránea, el promedio diario de residuos sólidos urbanos y el índice de vegetación.
El promedio nacional es de 0.57 sobre 1, y el estado de Puebla superó la media nacional, con 0.58, sin embargo, no fue de las entidades mejor posicionadas, pues la entidad que ocupa la primera posición es Zacatecas con 0.64 y el segundo es Ciudad de México con 0.63.
En contraparte, la entidad con el puntaje más bajo es Colima con 0.45, y Veracruz con 0.49.
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ESTRATEGIA INTERGENERACIONAL
Por último, el estudio midió la existencia de instrumentos ambientales de largo plazo, incluyendo variables como estrategias estatales de biodiversidad, estrategias de desplastificación y las áreas naturales protegidas.
El promedio nacional de la estrategia intergeneracional es de 0.36. El resultado de Puebla fue 0.31 en la posición 22 de 32 en dicho rubro. Baja California es el estado con el mejor puntaje con 0.68 y Tlaxcala el peor calificado con 0.08.
En este sentido, lo que el Índice de Impunidad Ambiental arroja es que, a pesar de que el universo de delitos reportados es tan reducido, México se caracteriza por niveles de impunidad ambiental altos y muy altos.