Quién no ha degustado una deliciosa sopa, un exquisito puré de tomate, una nutritiva ensalada o porque no simplemente un jitomate aderezado con limón y chile en polvo para botanear, pues recientemente surgió información de que este fruto fue creado por el hombre y no por la naturaleza.
De acuerdo con un estudio de profesores de genética en la Universidad Politécnica de Valencia, este producto surgió desde las primeras culturas agrícolas americanas y se ha ido mejorando con el paso de los años hasta la actualidad.
Estos investigadores señalan que el origen de este producto se remonta a la región norte de Perú y sur de Ecuador, zona denominada como Ceja de Montaña, entre los años 3 mil y 2 mil A.C., de la mano de la cultura Mayo-Chinchipe.
Por otra parte, cabe destacar que justo en esta zona se encuentra actualmente la mayor diversidad genética y agronómica de tomates en el mundo, lo que se sumaría a las especulaciones sobre el surgimiento de esta hortaliza.
Los especialistas afirman que conocer esta diversidad, sirve para que, a futuro, se puedan crean más variedades que permitan a los humanos afrontar los retos a los que se enfrentará el mundo años más tarde.
¿CÓMO FUE CAMBIANDO EL JITOMATE HASTA LA ACTUALIDAD?
De acuerdo con esta información, una de las primeras mutaciones fue la “fas”, luego de la que se comenzaron a producir frutos más grandes, aunque un poco deformes, posteriormente tras la llegada de los españoles a América, con el intercambio de cultivos los europeos trajeron consigo maíz, patatas, chocolate y tomate.
Pero previo a este intercambio, desde la costa ecuatoriana viajó el tomate hasta las selvas mexicanas y ya con modificaciones regresó a Ecuador, mientras que para principios del siglo XVI este producto ya era ofertado en jardines botánicos de Europa.
Fue en las regiones de España e Italia que este fruto tuvo nuevas variedades que se adaptaron a los gustos y necesidades de dicha región, pero fue hasta finales del siglo XVIII que se fundaron las primeras casas de semillas, mismas que ofrecían producto de mayor calidad.
Posteriormente, en el siglo XIX los expertos en la producción de esta hortaliza comenzaron a realizar cruzamientos sistemáticos a fin de crear nuevas versiones y ya para el siglo XX con el redescubrimiento de las leyes mendelianas se descubrió que estas variedades eran conjuntos de genes, por lo que se comenzaron a plantear programas de mejora.
También hay voces que afirman que, con este proceso, se terminó con el sabor del mítico tomate tradicional, aunque los productores afirman que esta pérdida de sabor se dio por la exigencia del consumidor para disponer de tomates baratos durante todo el año, pues en sus inicios era un cultivo de temporada.
En resumen, los jitomates actuales son una creación humana, fruto de una larga historia que involucra culturas y tradiciones agrícolas, pero estos especialistas afirman que no es un caso particular, pues todos los cultivos se domesticaron.