Si algo caracteriza a la Antártida es su peculiar color blanco, por lo que cuando otra tonalidad llega a irrumpir en el paisaje rápidamente llama la atención, principalmente de los científicos, debido a que estos podría ser el resultado de algún fenómeno que a su vez pueda generar afectaciones en otras zonas del aledañas, lo cual sucedió con las llamadas cataratas de sangre.
Y es que en medio del pacifico paisaje de pronto se comenzó a observar una importante mancha roja, como si de una sanguinaria escena sacada de una película de terror se tratara, aunque nada tiene que ver con el líquido hemático, pues así lo dieron a conocer recientemente un grupo de expertos que se dio a la tarea de descifrar su origen.
¿Cómo surgieron las cataratas de sangre de la Antártida?
Los trabajos fueron encabezados por miembros de la Universidad Johns Hopkins, específicamente por Ken Livi del Departamento de Ciencia e Ingeniería de Materiales de la Escuela Whiting, quien en entrevista con National Geographic indicó que el líqudo rojo es óxido de hierro y para poder determinarlo se hizo uso de microscopios electrónicos para examinar las muestras.
Las pruebas consistieron en tomas de agua de las Cataratas de Sangre, en las que fueron detectados diversos fragmentos de hierro, mismos que al cumplir su proceso de oxidación dan al agua un color rojo como si se tratara de sangre; esto se debe a que la composición de todos estos elementos junto con el agua salada generan una serie de texturas como si se tratara de hilos de sangre.
Incluso lograron determinar qué pequeñas partículas de las que fueron observadas provienen de microbios antiguos e incluso son muy comunes en las aguas del deshielo de glaciar Taylor el cual tiene una extensión de 54 kilómetros de largo y hasta ahora es en este el único lugar del mundo donde se ha capturado la atención de científicos de distintos países.
¿Cuándo fueron descubiertas las cataratas de sangre de la Antártida?
Si bien hasta ahora es que se han presentado resultados contundentes, fue el geólogo británico Thomas Griffith Taylor quien observó por primera vez la peculiar cascada, esto durante la Expedición Terranova en 1911, incluso fue él quien nombró a este fenómeno como Blood Falls, incluso durante más de 100 años han surgido diversas especulaciones sobre el origen de esta coloración.
Luego de ser descubiertas se comenzó a pensar que la tonalidad provenía de una especie de algas rojas, hasta que en 2017 un grupo de científicos comenzó a hablar de una concentración de óxido de hierro en las aguas, siendo esa la primera vez que se detectaban estas nanoesferas con forma de pequeños objetos redondos, equivalentes a una centésima parte de un glóbulo rojo humano promedio.
Finalmente, tras el más reciente análisis también se determinó que este fenómeno contenía partículas de silicio, calcio, aluminio y sodio, las cuales reaccionas con el oxígeno, luz solar y calor; incluso consideras que este hallazgo aportar a la búsqueda y la comprensión de la vida en otros planetas como Marte, que cuenta con entornos con característica similares de inhóspitas.
