Recolectores de PET, cartón, plástico, papel, vidrio, aluminio, cobre y fierro se han visto afectados por la llegada de la pandemia, ya que es un trabajo muy arriesgado y con pocas ganancias. A este hecho se agrega la disminución en el trabajo de recolección, ya que sufren para conseguir estos materiales y una de las principales causas son la falta de alumnos en las escuelas, puesto que ellos eran de los principales generadores de estos reciclables, sobre todo del plástico.
Ahora la industria busca mayor demanda de materiales y al no haber mucho consumo, incrementa su costo pagando casi al 50 por ciento más de lo que se pagaba antes de la pandemia, ya que necesita los materiales para sacar la materia prima y seguir trabajando el cartón que ocupan para hacer cajas para empacar los cubrebocas.
El fierro que antes se pagaba en 3.50 pesos el kilo, ahora se paga en 7.00 pesos; el PET que se pagaba en 6 pesos el kilo, ahora se paga en 10.00 pesos; el cobre que estaba en 90 pesos el kilo, ahora se paga en 150 pesos. Pese a este incremento, a los recolectores no les alcanza el dinero y aquí reflejamos algunas historias de ellos.
El caso de la señora Carmen Ramírez Hernández, quien tiene 50 años de edad y 12 hijos de los cuales sigue mantenido a siete, entra a la 9 de la mañana y no tiene hora para salir. Ella se dedica a acomodar y separar los materiales en esta empresa recicladora y saliendo de aquí se va por las noches a recolectar para obtener un ingreso más y con ellos vivir al día, dice que nunca se ha enfermado, pero otros compañeros sí han sufrido accidentes en la calle.
Héctor García Peralta, de profesión herrero, tiene 58 años de edad, dice que el trabajo está muy bajo a raíz de la pandemia y solo le dan trabajo una semana sí y una no, por eso busca otra forma de ganar un poco de dinero. Él anda en una bicicleta y lo que va encontrando de botellas y cartón lo va juntando, lo lleva a vender y con eso ayuda a su familia, por lo que vendió le dieron 250 pesos.
Juan Diego Méndez tiene 47 años de edad y él se dedicó a trabajar durante 18 años como cargador, amarrador, cortador y acomodador en la recicladora Los Güeros y desde hace tres años puso su propio negocio de reciclaje. Ahora compra y vende junto con su esposa, quien le ayuda, rentan una camioneta para llevar toda su mercancía que logra comprar y la revende al sur de la ciudad.
Nicolás Cuachiloa y Cerón tiene 75 años de edad, trabajó en un taller automotriz donde salió pensionado y desde ahí se dedica a la recolección de materiales para mantenerse junto con su esposa. El septuagenario menciona que los 2 mil 300 pesos que le pagan de pensión no son suficientes, puesto que casi todo lo invierte en el pago de su renta, además de ayudar a su esposa con la compra medicamentos para un tratamiento que es de por vida.
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