El cambio climático sigue cobrando la factura de todas las acciones del hombre en contra del medio ambiente y uno de estos costos ha sido la disminución del hielo marino de la zona de la Antártida, que en febrero del 2022 llegó a su extensión más baja desde que se encuentra bajo observación satelital por parte de la NASA en 1979.
Fue la propia Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) quien indicó que es la primera vez que se observa una reducción en el hielo de casi 2 millones de kilómetros cuadrados, siendo el 25 de febrero de este año el punto de mayor disminución con una pérdida de 1,92 millones de kilómetros cuadrados.
Hasta ahora la mayor disminución de hielo de la que se tenía registro había sido de 190 mil kilómetros cuadrados el 3 de marzo de 2017; de acuerdo con este informe, el suelo del polo sur perdió una proporción similar a la que sería el área aproximada al doble del tamaño del estado de California en Estados Unidos.
Al respecto el organismo compartió una imagen en la que se puede observar el área que ahora comprende la Antártida, mientras que con una línea amarilla se delimita la extensión que tenía alrededor de los años ochentas, con lo que se puede ver una disminución de por lo menos el 15 por ciento, aunque incluso se piensa que su extensión superaba la línea amarilla.
TEMPORADA DE DESHIELO LLEGÓ ANTES DE LA FECHA PENSADA
Cabe señalar que este fenómeno sucede año con año debido a las temporadas de calor, pero en las últimas décadas el hecho de que las temperaturas incrementaran de manera desmedida ha provocado que el efecto sea mayor, aunado a que la temporada de deshielo 2021-2022 comenzó antes de lo que se tenía pensado y pese a que el hielo alcanzó su máxima extensión el 1 de septiembre de 2021.
Es importante indicar que los periodos en los que este fenómeno ocurre son durante la primavera y el verano australes; de acuerdo con Walt Meier, investigador del Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve, otro elemento que influyó en este fenómeno son los vientos, pues de acuerdo con sus mediciones fueron de mayor intensidad que en otras ocasiones.
Según indicó el especialista, esta condición generó que el hielo se desplazara hacia el norte, a un área con aguas más cálidas, lo que terminó por hacer que el hielo se derritiera, mientras que la única excepción se dio en el mar de Weddell, donde los vientos empujaron el borde de hielo al sur.
Finalmente, el experto añadió que hasta ahora la tasa de crecimiento de hielo marino en la Antártida parece normal e incluso una ola de calor que hizo que la temperatura del aire se disparara en la tercera semana de marzo no frenó este crecimiento, aunque aún falta por esperar cuánto hielo volverá a crecer este año.