Uno de los símbolos provenientes del Antiguo Egipto y que suele ser conocido por gran parte del mundo occidental es el de una serpiente que se come a sí misma y es conocido como ouroboros, pero pocos saben que es una imagen inspirada en un fenómeno real de la naturaleza.
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Pese a lo que podía creerse, las serpientes pueden llegar a tener comportamientos tan extraños como el comenzar a comerse a sí mismas y a tratar de devorar su cola.
Si bien parece una acción que no tendría sentido, hay distintos factores que activan esto en los reptiles, pero no deja de ser algo que a los científicos causa gran extrañeza al no existir una respuesta definitiva.
Lo que sí es sabido es que, una vez que comienzan a devorarse a sí mismas, detenerlas puede ser más que complicado. Una vez que la cola se encuentra en su boca, esta es forzada a bajar por la garganta hasta su estomago como si se tratara de una presa más.
Como con cualquier otro animal, existe la posibilidad de que hundan sus colmillos en sí mismos. Pese a que tienen defensas contra su propio veneno, los colmillos pueden causar heridas graves y posibles riesgos de infección.
¿Por qué sucede esto con las serpientes?
Como se mencionó, la ciencia de momento no cuenta con una teoría o afirmación total de por qué las serpientes pueden tener comportamientos que lleven a que comiencen a comer solas, pero sí hay distintos casos documentados con motivos de porqué esto sucede.
Se debe saber que las serpientes presentan muchas reacciones instintivas a distintos estímulos externos, por lo que, cuando algo se altera, suelen tener comportamientos inusuales. De igual forma cuentan con un cerebro de tamaño pequeño que funciona de forma que su comportamiento es reactivo y no proactivo.
Estas son las teorías más aceptadas de por qué se comen a sí mismas:
Variaciones en la termorregulación
Al ser un reptil, las serpientes son de sangre fría y necesitan del calor o temperatura del ambiente externo para regularla ya que no tienen la capacidad de controlar la propia temperatura de su cuerpo.
Cuando están en cautiverio o encerradas en cajas, suele pasar que las serpientes reciben calor de forma desproporcionada y, al no tener lugar donde enfriarse, pueden confundirse o desorientarse al punto que no logran distinguir su cola de un animal diferente y comienzan a comérsela.
Su hipermetabolismo
Esto va relacionado al punto anterior, ya que el hipermetabolismo se refiere a cuando su tasa metabólica puede aumentar y su cuerpo la engaña al punto de hacerle creer que tiene de hambre cuando no es así, por lo que irá en busca de lo primero que pueda encontrar.
Se sabe que, cuando sufren de hipermetabolismo, las serpientes pueden llegar a devorar presas que en otras circunstancias dejarían en paz.
Estrés
Algunos investigadores señalan que el estrés en las serpientes puede demostrarse con ataques a sí mismas, en especial en cautiverio y cuando están en condiciones poco agradables como puede ser el tener mucha luz, estar en un lugar ruidoso, con mucha suciedad, etc.
Estar hambrientas
Una posibilidad es que las serpientes tengan mucha hambre al punto que su cabeza comienza a confundirse y la lleve a tomar malas decisiones como el comenzar a comerse a sí mismo.
También, existen serpientes que suelen comer a otras serpientes, por lo que, al notar su cola la observan como si se trata de una presa que puede ser devorada.
Al mudar de piel
Uno de los fenómenos más interesantes en las serpientes es cuando cambian de piel, dentro de este proceso también cambian las tapas de sus ojos y esto suele dañar su visión de manera momentánea.
Debido a que el tono de su piel cambia por unos tonos y sus ojos no se encuentran al cien por ciento, puede provocar que confundan su cola con una presa y comenzar a comerla.
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Enfermedad o por vejez
Los investigadores han notado que estos casos pueden ocurrir con mayor frecuencia en serpientes con alguna enfermedad crónica o que ya están por entrar a la vejez. Al respecto, no existe una razón clara para esto, pero es lo que se ha notado con las especies en cautiverio.