/ martes 26 de octubre de 2021

Pico de Orizaba y parques nacionales de Veracruz, en crisis por tala de árboles

A pesar de que ya existen sanciones contra la tala, los pobladores piden se haga cumplir la ley

Situaciones como la tala de arboles comienza a traducirse en un problema sin reparación en zonas como el Pico de Orizaba y el Cofre de Perote. A este se acumulan situaciones como el robo de madera, aprovechamientos simulados, así como condiciones naturales como las plagas y el cambio climático por las sequias.

Debido a esto, se estimó que, en el primer trimestre del 2020, el Pico de Orizaba ya presentaba una deforestación del 83 por ciento. A pesar de las condiciones y los problemas, las autoridades siguen sin atender al llamado tanto de pobladores como ambientalistas.

LA TALA ILEGAL Y EL DAÑO A LA ZONA

La situación forestal de estos parques nacionales, como del estado de Veracruz en general, se ha considerado como crítica por diversos expertos. Al principio, la tala de árboles se observaba solo en la zona del Cofre del Perote, pero esta se fue extiendo hacia el Pico de Orizaba.

El territorio protegido o que se debe proteger corresponde a un total de 17 mil 500 hectáreas para el Pico y 11 mil 530 hectáreas para el Cofre.

En la tala ilegal de madera, diversos grupos delictivos han visto una nueva forma de generar ganancias. Aunque en un principio no se podían derribar árboles al interior de los parques nacionales, la situación ha cambiado ante la desatención como por la viveza de los taladores.

Estos suelen aprovecharse del uso ilegal de las guías forestales como del aprovechamiento de forestales simulados, esto para llegar a zonas donde existen árboles de mayor tamaño y que pueden generar una mayor cantidad de ganancias. Además, al no ver una seguridad apropiada para los lugares, basta con tener un permiso falso para poder acceder a la tal.

De esta forma, la situación de la forestación ha avanzado hacia otras áreas protegidas de Veracruz como son Huayacocotla, los Tuxtlas y Uxpanapan. En zonas como el Cofre de Perote se ha denunciado la tala ilegal de hasta más de dos mil árboles en menos de 15 días dentro del perímetro del parque natural.

Aunque en el reporte federal de las autoridades solo se reportó la tala de 380 ejemplares que ya estaban dañados, la tala habría ocurrido en tres polígonos de terreno, dando el estimado de más de dos mil árboles, esto a comienzos de este año. Los pobladores han denunciado que situaciones similares se reproducen desde hace algunos años, con las cifras de la autoridad no correspondiendo a la realidad de la zona.

Esto sucede también en épocas como el final de año, donde los productores realizan la tala para los árboles de navidad que pueden llegar a medir de 1.20 a 1.50 metros de altura. Las hectáreas pueden tener hasta mil 500 de estos árboles, cortando solo 500 de ellos en ciclos para su renovación, pero suelen ser medidas que ya no se siguen.

A esto se suman las condiciones naturales como son las plagas de hongos y muérdago que acaban con parte de los bosques, al igual que los incendios forestales como la siembra de papa, que ocupa espacios que eran destinados a la reforestación.

Como ocurrió con el robo de hidrocarburos hace algunos años, diversos grupos delictivos han aprovechado la falta de intervención de las autoridades para hacer negocio en la zona. A la par, someten a pobladores con amenazas e impiden que aquellos que buscan defender los espacios naturales logren algún resultado.

LA FALTA DE INTERÉS DE LAS AUTORIDADES

El Parque Nacional del Pico de Orizaba se encuentra protegido desde el 4 de enero de 1937 por decreto presidencial de Lázaro Cárdenas. Pero, en la realidad la zona luce abandonada, a pesar de estar prohibida la tala de árboles, la pesca, así como los asentamientos humanos para su conservación.

En origen, la Secretaría de la Reforma Agraria y Recursos Hidráulicos se hacía cargo de su mantenimiento y cuidado, mandó que cambió después a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (Sedue). Para la actualidad, su cuidado corresponde a la Comisión Nacional de Áreas Naturales y Protegidas (Conanp).

Dentro de este entramada de organismos gubernamentales es como la zona ha terminado por ser desprotegida. A las anteriores, se debe sumar la intervención de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y otros organismos locales.

Ni el gobierno federal como estatal ha buscado invertir o mostrar un mayor empeño en estos parques nacionales. Debido a los recortes en el presupuesto de las secretarías como parte de la austeridad republicana impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, los recursos se volvieron escasos y en algunos años, inexistentes.

Situaciones como la ocurrida con el supuesto cambio del Pico de Orizaba a Puebla por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), solo tenían la intención de delimitar las zonas que corresponden a cada jurisdicción y así, obligar a que cada territorio se encargue de su cuidado.

Solo en los años 90 se vivió un respiro en la zona, al ser el tiempo en que una mayor cantidad de programas de revisión como de control se realizaron en los parques nacionales como montañas de Veracruz.

POBLADORES Y EL CONFLICTO CON LAS AUTORIDADES

Son diversas las ocasiones en que los pobladores de diferentes zonas cercanas al Pico de Orizaba como el Cofre de Perote han exigido la intervención de las autoridades federales para detener la tala clandestina como indiscriminada que existe en la zona.

Caso es el de habitantes de El Escobillo como de Tenextepec, quienes han realizado manifestaciones y se organizan para evitar la tala ilegal. Pero, en muchas ocasiones su intervención es vista como un problema, por lo que suelen ser calmados por elementos de la policía municipal como de la fuerza civil.

Su denuncia principal es hacer cumplir la ley como las sanciones y castigos que ya existen para quienes participan en la tala ilegal. De acuerdo con el Código Penal Federal, las penas por el tráfico de recursos naturales o destrucción de la vegetación puede castigarse con seis meses hasta nueve años de prisión.

Cuando las acciones se realizan dentro de áreas protegidas, las penas van desde los tres años de cárcel. Aunque en el Congreso del Estado de Veracruz se ha propuesto el aumentar las penas contra la tala clandestina, la población ha recordado que lo que ya es sancionable no se está cumpliendo.

Ricardo Rodríguez Deméneghi, integrante de la Fundación Salvemos al Pico de Orizaba AC, recordó que a comienzos de la década de los 2000 diferentes organismos ya exponían que se necesitaban sembrar al menos 20 millones de árboles por año en un periodo de 20 años para poder restaurar y equilibrar el Pico de Orizaba, situación que no ocurrió.

“El Pico de Orizaba tiene actualmente el 17 por ciento de la cobertura forestal que tenía hace 30 años. Ha ido disminuyendo a pisos agigantados y si no tenemos capacidad de árboles en la parte de arriba no tendremos un ciclo de agua correcto”, explicó Rodríguez consultado por El Sol de Orizaba en abril de 2020 refiriéndose a la falta de agua y sequía que provoca la deforestación.

Situaciones como la tala de arboles comienza a traducirse en un problema sin reparación en zonas como el Pico de Orizaba y el Cofre de Perote. A este se acumulan situaciones como el robo de madera, aprovechamientos simulados, así como condiciones naturales como las plagas y el cambio climático por las sequias.

Debido a esto, se estimó que, en el primer trimestre del 2020, el Pico de Orizaba ya presentaba una deforestación del 83 por ciento. A pesar de las condiciones y los problemas, las autoridades siguen sin atender al llamado tanto de pobladores como ambientalistas.

LA TALA ILEGAL Y EL DAÑO A LA ZONA

La situación forestal de estos parques nacionales, como del estado de Veracruz en general, se ha considerado como crítica por diversos expertos. Al principio, la tala de árboles se observaba solo en la zona del Cofre del Perote, pero esta se fue extiendo hacia el Pico de Orizaba.

El territorio protegido o que se debe proteger corresponde a un total de 17 mil 500 hectáreas para el Pico y 11 mil 530 hectáreas para el Cofre.

En la tala ilegal de madera, diversos grupos delictivos han visto una nueva forma de generar ganancias. Aunque en un principio no se podían derribar árboles al interior de los parques nacionales, la situación ha cambiado ante la desatención como por la viveza de los taladores.

Estos suelen aprovecharse del uso ilegal de las guías forestales como del aprovechamiento de forestales simulados, esto para llegar a zonas donde existen árboles de mayor tamaño y que pueden generar una mayor cantidad de ganancias. Además, al no ver una seguridad apropiada para los lugares, basta con tener un permiso falso para poder acceder a la tal.

De esta forma, la situación de la forestación ha avanzado hacia otras áreas protegidas de Veracruz como son Huayacocotla, los Tuxtlas y Uxpanapan. En zonas como el Cofre de Perote se ha denunciado la tala ilegal de hasta más de dos mil árboles en menos de 15 días dentro del perímetro del parque natural.

Aunque en el reporte federal de las autoridades solo se reportó la tala de 380 ejemplares que ya estaban dañados, la tala habría ocurrido en tres polígonos de terreno, dando el estimado de más de dos mil árboles, esto a comienzos de este año. Los pobladores han denunciado que situaciones similares se reproducen desde hace algunos años, con las cifras de la autoridad no correspondiendo a la realidad de la zona.

Esto sucede también en épocas como el final de año, donde los productores realizan la tala para los árboles de navidad que pueden llegar a medir de 1.20 a 1.50 metros de altura. Las hectáreas pueden tener hasta mil 500 de estos árboles, cortando solo 500 de ellos en ciclos para su renovación, pero suelen ser medidas que ya no se siguen.

A esto se suman las condiciones naturales como son las plagas de hongos y muérdago que acaban con parte de los bosques, al igual que los incendios forestales como la siembra de papa, que ocupa espacios que eran destinados a la reforestación.

Como ocurrió con el robo de hidrocarburos hace algunos años, diversos grupos delictivos han aprovechado la falta de intervención de las autoridades para hacer negocio en la zona. A la par, someten a pobladores con amenazas e impiden que aquellos que buscan defender los espacios naturales logren algún resultado.

LA FALTA DE INTERÉS DE LAS AUTORIDADES

El Parque Nacional del Pico de Orizaba se encuentra protegido desde el 4 de enero de 1937 por decreto presidencial de Lázaro Cárdenas. Pero, en la realidad la zona luce abandonada, a pesar de estar prohibida la tala de árboles, la pesca, así como los asentamientos humanos para su conservación.

En origen, la Secretaría de la Reforma Agraria y Recursos Hidráulicos se hacía cargo de su mantenimiento y cuidado, mandó que cambió después a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (Sedue). Para la actualidad, su cuidado corresponde a la Comisión Nacional de Áreas Naturales y Protegidas (Conanp).

Dentro de este entramada de organismos gubernamentales es como la zona ha terminado por ser desprotegida. A las anteriores, se debe sumar la intervención de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y otros organismos locales.

Ni el gobierno federal como estatal ha buscado invertir o mostrar un mayor empeño en estos parques nacionales. Debido a los recortes en el presupuesto de las secretarías como parte de la austeridad republicana impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, los recursos se volvieron escasos y en algunos años, inexistentes.

Situaciones como la ocurrida con el supuesto cambio del Pico de Orizaba a Puebla por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), solo tenían la intención de delimitar las zonas que corresponden a cada jurisdicción y así, obligar a que cada territorio se encargue de su cuidado.

Solo en los años 90 se vivió un respiro en la zona, al ser el tiempo en que una mayor cantidad de programas de revisión como de control se realizaron en los parques nacionales como montañas de Veracruz.

POBLADORES Y EL CONFLICTO CON LAS AUTORIDADES

Son diversas las ocasiones en que los pobladores de diferentes zonas cercanas al Pico de Orizaba como el Cofre de Perote han exigido la intervención de las autoridades federales para detener la tala clandestina como indiscriminada que existe en la zona.

Caso es el de habitantes de El Escobillo como de Tenextepec, quienes han realizado manifestaciones y se organizan para evitar la tala ilegal. Pero, en muchas ocasiones su intervención es vista como un problema, por lo que suelen ser calmados por elementos de la policía municipal como de la fuerza civil.

Su denuncia principal es hacer cumplir la ley como las sanciones y castigos que ya existen para quienes participan en la tala ilegal. De acuerdo con el Código Penal Federal, las penas por el tráfico de recursos naturales o destrucción de la vegetación puede castigarse con seis meses hasta nueve años de prisión.

Cuando las acciones se realizan dentro de áreas protegidas, las penas van desde los tres años de cárcel. Aunque en el Congreso del Estado de Veracruz se ha propuesto el aumentar las penas contra la tala clandestina, la población ha recordado que lo que ya es sancionable no se está cumpliendo.

Ricardo Rodríguez Deméneghi, integrante de la Fundación Salvemos al Pico de Orizaba AC, recordó que a comienzos de la década de los 2000 diferentes organismos ya exponían que se necesitaban sembrar al menos 20 millones de árboles por año en un periodo de 20 años para poder restaurar y equilibrar el Pico de Orizaba, situación que no ocurrió.

“El Pico de Orizaba tiene actualmente el 17 por ciento de la cobertura forestal que tenía hace 30 años. Ha ido disminuyendo a pisos agigantados y si no tenemos capacidad de árboles en la parte de arriba no tendremos un ciclo de agua correcto”, explicó Rodríguez consultado por El Sol de Orizaba en abril de 2020 refiriéndose a la falta de agua y sequía que provoca la deforestación.

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