Alrededor del mundo existen aún algunos rincones que no han sido intervenidos por la mano del hombre, conservando sus características naturales y por consiguiente favoreciendo a la presencia de determinadas especies, tal es el caso de Redonda, una pequeña isla ubicada en el mar Caribe, que llegó a estar infestada de ratas y de pronto se convirtió en un paraíso de la vida silvestre.
Se trata de un territorio perteneciente a Antigua y Barbuda, descubierta por Cristóbal Colón en el año de 1943, siendo hasta 200 años después que la gente puso un pie en esta isla que destaca por la presencia de escarpados acantilados, rodeados por aguas turquesas pues un peculiar fenómeno atrajo a gran cantidad de aves que favorecieron el uso de su excremento por los hombres.
¿Por qué los hombres comenzaron a llegar a Redonda?
Fue debido a su gran cantidad de gusanos que atrajo la presencia de aves marinas, las cuales dejaban su excremento, mismo que funcionaba como fertilizante, pero también como pólvora, por lo que incluso llegó a ser conocido como “oro blanco”, aunque la llegada de los humanos no se dio en solitario, pues también arribaron especies invasoras como las ratas negras y las cabras silvestres.
Pero con un freno en la producción de gusano por el estallido de las Primera Guerra Mundial que las ratas y cabras permanecieron en la isla, devorando plantas y depredando a las especies endémicas, por lo que la mayor parte de la vegetación desapareció, lo que generó que la masa terrestre comenzada a desmoronarse, deslizando rocas y suelo hacia el mar ahogando el ecosistema submarino.
Luego de la muerte de las cabras sus cadáveres terminaron esparcidos por la isla que el lugar se había vuelto en un auténtico reino de las ratas, tras conocer la historia del lugar diversos grupos ecologistas tomaron la decisión en 2016 de lanzar una iniciativa para restaurar la isla y eliminar a las especies invasoras, mismas que no debían estar ahí, sin modificar nada más en el entorno.
Posteriormente de manera natural, en cuestión de meses la isla recuperó su vegetación, sin que fuera necesaria la plantación de ninguna especie, ni mucho menos reintroducida alguna, incluso las autoridades tomaron la determinación de denominarla como zona protegida bajo el nombre de Reserva del Ecosistema de Redonda, la cual abarcará 30 mil hectáreas entre tierra y mar.
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Treinta especies, las beneficiadas con la designación de Redonda
Pero la relevancia que tiene la designación de radica en el hecho de que se estima que con 30 las especies que se encontraban amenazadas o casi amenazadas a escala mundial y que residen en la zona, por lo que los ecologistas tienen la esperanza de que con estos trabajos evitar una tragedia que se ha repetido últimamente en diversas islas costeras de la región.
Pues si bien estos lugares son sitios considerados como focos de biodiversidad, también se han convertido en epicentros de la extinción de una gran cantidad de especies; en lo que respecta al caso de las islas del Caribe, pese a que su territorio sólo es el 0,15% de la superficie terrestre, se les atribuye por lo menos el 10% de las extinciones de aves en el mundo, el 40% de mamíferos y más del 60% de reptiles.