A raíz de la sequía intensa que se ha vivido en diversas partes del mundo, en los Emiratos Árabes y el Medio Oriente buscan combatir este problema mediante la siembra de nubes artificiales, pues las temperaturas llegaron a superar los 50°C, por lo que han calificado a este como uno de los veranos más secos de los años recientes.
Sumado a este efecto se dio la escasez de agua, por lo que las autoridades pusieron en funcionamiento un ejercito de drones que “sembrarán” nubes artificiales para brindarle un alivio a la sociedad oriental, fue el Centro Nacional de Meteorología (NCM) quien compartió un video en el que se puede ver a varios automóviles en medio de un diluvio en Ras al Khaimah.
Lo que hacía diferente a este fenómeno meteorológico era que la tormenta provenía de nubes artificiales, las cuales se comenzaron a sembrar en el norte del país mediante un esfuerzo multimillonario a fin de mejorar las condiciones climáticas que se viven actualmente en el desierto, por el que incluso el acceso al agua será uno de sus retos más grandes en este siglo.
SEQUÍAS, UN PROBLEMA EN AUMENTO
Cada vez es más frecuente que las sequías azoten a los Emiratos Árabes Unidos, pero esta nación no es la única en el mundo que se está viendo afectada por este fenómeno, esto a consecuencia de la crisis climática global, pero entre los más afectados se encuentra el Medio Oriente y el norte del continente africano que actualmente atraviesan periodos largos sin lluvias.
Debido a este problema, la escasez de agua podría ser cada vez más constante, por lo menos en esta zona del mundo, debido a su creciente población que cada vez requiere más de este recurso; hasta el momento los Emiratos Árabes Unidos han implementado 219 operaciones de siembra de nubes en todo el país tan sólo en lo que va de este 2022.
Aunque las técnicas han variado en el corto tiempo, el proceso siempre implica aviones equipados con bengalas especiales que disparan partículas cristalinas que son similares al hielo, de manera directa a las nubes, mismos que a su vez genera gotas pequeñas de agua que modifican su tamaño y se fusionan entre sí, para finalmente crear una lluvia.
Hasta ahora, los científicos aún se cuestionan si este método generará una mejora a largo plazo, pues hay estudios que sugieren que el impacto fue poco ya que es bajo el nivel para generar más agua en el cielo, aunque algunas voces señalan que si existe una ventana de oportunidad.