Equinoccio de primavera: ¿realmente te cargas de energía o es una fecha pagana?

El visitar zonas arqueológicas para cargarse de energía durante el equinoccio de primavera es una práctica que se originó con las creencias “New Age” de los años setenta

Julio Sánchez / El Sol de Puebla

  · lunes 4 de marzo de 2024

El equinoccio de la primavera ya es un día en el que una gran cantidad de personas se reúne en monumentos prehispánicos para recibir energía. Foto: Martín Zetina / Cuartoscuro.com

Durante la época previa al equinoccio de la primavera, el cual ocurre el 21 de marzo, en una gran cantidad de zonas arqueológicas del país comienzan a promoverse eventos para realizar la llamada recarga de energía, estar presentes durante los primeros rayos del Sol o durante el día para, de manera espiritual, tomar un poco de este nuevo ciclo para nosotros mismos, pero que de cierto hay en esto.

Muchos creen que esto forma parte de tradiciones prehispánicas y de rituales en donde las culturas veneraban a distintos Dioses o que veían en el Sol un Dios, lo veneraban y tomaban de su energía al estar en uno de sus puntos más altos energéticamente.

Con el paso de los años la práctica se ha vuelto cada vez más común, de forma que, lo que comenzó como eventos de unos cuantos, se han transformado en fechas organizadas por las autoridades y momentos para fomentar el turismo.

Derrama económica de más de 90 millones de pesos espera el sector de servicios del Pueblo Mágico de Cholula. Foto: Norma Marcial / El Sol de Puebla

Rosalba Delgadillo Torres, arqueóloga, en un artículo para la revista “Casa del Tiempo” de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), habló sobre esto y la idea equivocada que se ha desarrollado alrededor del equinoccio de la primavera.

Al respecto, explica que esta es una tendencia que nació como parte de la era “New Age” (Nueva Era) una que surgió en los años setenta en los Estados Unidos y que fomentó el estilo de vida hippie como el reencontrarse con la naturaleza bajo una bandera que promovía la libertad, el amor y la paz.

Uno de los puntos de esta creencia fue la forma en que terminó por combinar distintas filosofías e ideologías de distintas culturas, aunque no tengan relación entre ellas. Animados por regresar a la conexión con la naturaleza buscan aprovechar el cambio de estación para visitar estos centros ceremoniales.

Esto provoca que grandes multitudes busquen ingresar a los sitios prehispánicos sin mayor interés de aprender de ellos, sino solo para ser parte del evento. De igual forma, el desinterés lleva a que muchos trepen a estos monumentos de forma desordenada, sin procurar si le hacen daño o no, o sin respetar las indicaciones sobre el uso de los espacios.

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La autora menciona que incluso en estas fechas se realiza un daño a las personas originarias de culturas prehispánicas, ya que, del racismo que siempre suelen recibir, en estas fechas muchos terminan por vestirse o “disfrazarse” como ellos al verlo más como una experiencia y no un fomento a su cultura.

Tradiciones alejadas de la espiritualidad

Durante estos festivales con motivo del equinoccio de la primavera, se ven acompañados de actos en donde se pide a todas las personas vestir de blanco, donde se realizan interpretaciones de ceremonias prehispánicas y no faltan los conciertos o eventos masivos con grupos del momento o populares.

Por ella, existen muchos errores que las personas cometen en caso de que buscaran realmente “tomar la energía” como se planea, como es el utilizar el color blanco, uno que refleja o regresa la radiación de los rayos solares, si se deseara quedarse con esto tendría que utilizarse el negro.

También, pensar en que es un día en el que se tiene que estar mayor cantidad de tiempo bajo los rayos del Sol solo podría propiciar el sufrir problemas como manchas en la piel y aumentar el riesgo de tener cáncer en la piel.

El acudir desde muy temprano para tomar los primeros rayos del Sol es también un error, ya que, si se buscara el punto en que la energía solar impacta de manera más directa tendría que ser a las doce del día al ser cuando los rayos caen de manera vertical de la parte alta hasta los pies.

Si se buscara de igual forma acudir porque es el día en que el Sol tiene una mayor carga de energía para el planeta, esto también es un error, ya que para ello se tendría que hacer el 21 de julio al mediodía y situarse a la altura del Ecuador para recibir el solsticio de verano.

Desde tempranas horas el 21 de marzo de cada año se puede ver a una gran cantidad de personas reunidas en zonas arqueológicas. Foto: Martín Zetina / Cuartoscuro.com


Las culturas prehispánicas y el equinoccio

La palabra equinoccio proviene de los vocablos griegos: euqus que significa igual y nox que significa noche, y se utiliza para hablar del evento astronómico en el que el día y la noche duran exactamente el mismo tiempo. Para el hemisferio norte en el que se encuentra México, esto también es el cambio de estación al pasar del invierno a la primavera.

Los organizadores informaron que una de las 60 piezas que llegarán a Puebla es el “Gran Guerrero”. Foto: Bibiana Díaz | El Sol de Puebla

Para las sociedades prehispánicas mesoamericanas de mayor trascendencia en México, tenían un gran conocimiento del cambio de estación, en especial por la importancia para la agricultura, al entenderlo como el momento de renovación de la Tierra.

Es por ello que, para algunas culturas el mes de marzo era conocido por ellos como Tlaxcaxipehualixli que significa renovación de la Tierra y sí involucraban distintas ceremonias religiosas para halagar a los Dioses y que sus cosechas tuvieran éxito, pero ninguna para tomar energía.

Dentro de las fiestas más importantes que se tenían estaba la de del Dios Xipe-Totec, dios de lo que ahora sería la primavera. Como parte de sus ceremonias se sacrificaba a guerreros tomados como prisioneros en batallas y se les arrancaba el corazón en una piedra de sacrificio, para después desollarlos.

La piel de los prisioneros era utilizada como capa por los sacerdotes y lo que quedaba de ellos era tomado por los pobladores para cocinarlo en pozole o potzolli.

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En la época del Gran México-Tenochtitlán el ritual era parecido con el sacrificio de un prisionero en una piedra nombrada como “Temalacatl”. Antes de esto, el sacrificado tenía que enfrentar a cuatro fuertes guerreros armados con escudo y espada, mientras el prisionero solo podía utilizar plumas y objetos de papel como armas.

La idea equivocada que tiene a su alrededor el equinoccio de la primavera lleva a que arqueólogos y personas dedicadas a la conservación de los monumentos prehispánicos busquen que las autoridades ya no realicen los eventos o que organizaciones como el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) implemente medidas más estrictas para quienes acuden el 21 de marzo.