Pese a que la zurdera no simboliza un limitante para realizar cualquier actividad cotidiana, algunos poblanos coincidieron que la etapa estudiantil es en la que atravesaron más dificultades para desarrollar sus labores, pues aún existen algunas escuelas que carecen de materiales o mobiliario con los que puedan adaptarse.
En el marco del Día Internacional de la Zurdera, El Sol de Puebla entrevistó a cuatro personas zurdas, las cuales coincidieron que ante la falta de estos instrumentos en sus colegios optaron por acostumbrarse a ello sin realizar la solicitud ante los directivos de su plantel.
Sebastián Díaz, estudiante de medicina veterinaria, afirmó que durante su trayectoria estudiantil no tuvo problemas con el mobiliario de las instituciones donde estudió, pues usaba cada alumno una mesa completa con sillas aparte.
No obstante, fue hasta que ingresó a la universidad que se le dificultó tomar sus clases y sobre todo sus apuntes, debido a que en su universidad solo hay mesa bancos para quienes escriben con la mano derecha. “En la universidad no me ha tocado ninguna silla o butaca que sea especialmente para zurdos, todas son para diestros, y le sufro ahí”, expresó.
Sebastián declaró que desde el inicio de su carrera no ha conocido a otro compañero que escriba con la mano izquierda, es por ello que optó por no solicitar al plantel que adquiera un mesa banco exclusivo para él, pues teme que al ser solo uno la solicitud sea negada o lo tomen como algo innecesario.
Rebeca González, egresada de la universidad, expresó que durante su niñez y adolescencia las escuelas donde estudió no contaban con la suficiente cantidad de estos muebles, por lo que en ocasiones escribía cómodamente y en otras tuvo que adaptarse a escribir en los mesa bancos para diestros.
“A veces sí había bancas pero no suficientes, porque en un salón había hasta 10 zurdos, era difícil y te tenías que acostumbrar (…) usábamos bancas para diestros pero te tenías que sentar al revés y de una manera en la que te acomodaras para escribir”, declaró.
Dulce Patiño, estudiante de nivel superior, narró que la etapa más complicada como zurda fue la primaria, pues constantemente tenía que hacer uso de las tijeras que estaban diseñadas para diestros, lo que dificultaba que pudiera acomodar su mano al cortar.
Dulce y Rebeca coincidieron en que si bien sí existen tijeras especiales para personas zurdas, son pocos los colegios que adquieren la cantidad suficientes de ellas para que puedan sentirse cómodas al realizar sus actividades.
Aunado a ello, Dulce destacó que mancharse con tinta las manos es otra de las situaciones frecuentes en el colegio y que prevalece en su día a día, pues tiene que escribir levantando un poco la mano izquierda para no ensuciar sus apuntes de clase.
Karen Ventura, egresada de la universidad, refirió que la primaria fue la etapa en la que atravesó más dificultades al ser zurda, pues tuvieron que solicitar el apoyo en su plantel con bancas especiales para que pudiera escribir cómoda junto con dos alumnos más.
Finalmente, los entrevistados coincidieron en que a pesar de que en generaciones pasadas obligaban a los alumnos zurdos a escribir con la mano derecha, poco a poco se han ido eliminando los estigmas alrededor de ello, no obstante, invitaron a los planteles educativos a detectar y cubrir las necesidades de estos alumnos.
