Si bien conseguir empleo no es una tarea sencilla y siempre se le ha dicho a los más jóvenes que estudiar es lo más importante para poder obtener una mejor posición dentro de las mejores empresas, sin embargo, si bien esto si tiene un porcentaje de razón, también es una aseveración que puede ser considerada como errónea, pues no es lo único de lo que depende el tema.
Y es que, si bien tener una preparación académica en distintos grados ofrece la oportunidad de adquirir mejores herramientas teóricas para afrontar la vida laboral, existen muchas otras aptitudes que pueden hacer que una persona sea elegida por sobre de otra que tenga una gran cantidad de estudios cursados, por lo que aquí te decimos cuales son estas habilidades.
¿Qué habilidades pueden favorecer la obtención de un empleo?
Cabe puntualizar que el hecho de que el título universitario se encuentre cediendo terreno ante otras aptitudes, lo cual es parte de nuevas tendencias que redefinen la manera de evaluar a los colaboradores, decisiones que van de la mano con otras modificaciones planteadas en la ley como el incremento en la cantidad de vacaciones, así como en la reducción de la jornada laboral.
Una de estas capacidades es la que lleva por nombre “modo avión”, en la que se contempla tener un descanso de cien minutos dividido durante la jornada laboral, esto con la intención de que los colaboradores tengan un tiempo dedicado a la concentración profunda que les permita desconectarse temporalmente, esta habilidad les permitirá incentivar su creatividad y el intercambio de ideas.
Otra más gira en torno a que más allá de los títulos universitarios, la atención de las empresas ahora se encuentra centrada en habilidades concretas que cada uno de los aspirantes puede aportar al puesto para el que se encuentra postulando, teniendo la capacidad de demostrar competencia, principalmente para aquellos considerados como autodidactas.
La anterior llega de la mano con llamado “funemployment” que tiene la intención de la reinvención en el mundo laboral, lo cual se ve reflejado en una actitud innovadora, pues en lugar de caer ante la presión y la ansiedad cuando se pierde un empleo, se ve como una ventana de oportunidad para identificar el trabajo adecuado que se alinee con las aspiraciones y habilidades.
Por su parte el “rage applying” surgió como una respuesta emocional al descontento laboral, misma que consiste en que los individuos tengan la capacidad de enviar solicitudes de empleo como una forma de liberación emocional, aunque esta tiene una nota de advertencia para no caer en la toma de decisiones impulsivas, pues estas pueden tener consecuencias a largo plazo.
Finalmente, el “Queenagers” es un reconocimiento a la experiencia y la ambición de las mujeres, principalmente de aquellas que comenzaron sus carreras en la década de los 80, pues actualmente tienen entre 45 y 65 años, pero en su época lograron superar barreras como el “techo de cristal”, convirtiéndose en figuras corporativas ambiciosas, lo cual significó un cambio hacia la valoración de la experiencia y la madurez profesional.