Investigadores dieron a conocer que el consumo de los hongos ha comenzado a crecer en interés, en especial aquellos que producen efectos psicodélicos, al punto de encontrar a uno que tiene una mayor potencia a los efectos que causan sustancias como el fentanilo.
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Los investigadores de la Escuela de Salud Pública y Ciencias de la Longevidad Humana Herbert Wertheim de la Universidad California, en San Diego, Estados Unidos, señalaron sus resultados sobre la toxicidad del hongo Amanita muscaria.
Al respecto del consumo de los hongos, la investigación explicó que al menos 12.3 por ciento de los adultos estadounidenses afirmaron consumir hongos con psilocibina en una encuesta en 2022. La psilocibina es un compuesto psicodélico y es responsable del efecto psicoactivo de ciertos hongos comestibles.
El consumo de los hongos Amanita muscaria es uno que buscan medir aparte, debido a que cuenta con compuestos como el muscimol y su precursor biosintético, el ácido iboténico.
Ambos compuestos son altamente tóxicos y pueden ser fatales en dosis suficientemente altas, debido a que el muscimol es un psicotrópico capaz de producir cambios agudos en la percepción, el estado de ánimo, la cognición y el comportamiento.
A pesar de que la psilocibina ya se encuentra listada en las listas de la Ley de Sustancias Controladas de los Estados Unidos desde 1970, en el caso del muscimol y el ácido iboténico, no están incluidas, ni lo están en leyes internacionales comparables, lo que causa cierta preocupación a los científicos.
Esto no significa que todo sea negativo, ya que la psilocibina ya comienza a explorarse como un potencial tratamiento para la depresión u otros trastornos de la salud mental, pero ante el incremento del consumo de los hongos, podría llevar a las personas a consumir de manera desmedida el producto incorrecto.
“Una industria en crecimiento puede estar tratando de capitalizar este interés comercializando otros hongos. Por ejemplo, algunos fabricantes llaman a los productos de Amanita muscaria gomitas de hongos y no revelan qué hongo contienen, o dejan claro que Amanita muscaria es un hongo diferente a la psilocibina y esencialmente no tiene evidencia clínica que respalde su uso como terapia”, comentó Eric Leas, doctor y profesor asistente en la Escuela de Salud Pública y Ciencias de la Longevidad Humana Herbert Wertheim de US San Diego y autor principal del estudio.
El hongo Amanita muscaria y sus posibles daños a la salud
Amanita muscaria es el nombre del hongo también conocido como “agárico de mosca”, uno que puede identificarse por su tapa con un color brillante, muchas veces en rojo, cubierto por varias manchas blancas, algo similar a los que existen en el mundo del videojuego Mario Bros.
Se cree que este hongo fue utilizado en algún momento en rituales, pero, en su llegada a América, comenzó su consumo por sus propiedades psicodélicas y alucinógenas.
Quienes lo consumen pueden presentar síntomas similares como con el consumo de la psilocibina y experimentar alucinaciones visuales, pero su consumo puede ser altamente peligroso.
Dentro de sus compuestos se estima que su toxicidad es más alta a las de las drogas psicotrópicas más populares, incluidas algunas como el fentanilo, la cocaína y el PCP.
Para entenderlo mejor, la psilocibina es un antidepresivo que se une principalmente a los receptores de serotonina para activar una vía neuronal que media en la felicidad y el optimismo, señala el estudio. Mientras que, el hongo Amanita muscaria es un depresor muy similar al alcohol que inhibe el sistema nervioso central.
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La importancia de una regulación se debe a que incluso este hongo es comercializado como suplemente dietético, uno que fomenta de manera intencional la confusión entre los distintos tipos de hongos, lo que hace necesaria su regulación.
“Las empresas que fabrican estos productos están superando los límites de nuestras regulaciones. Se salen con la suya ganando dinero hasta que alguien les dice que no pueden. Dados los riesgos sustanciales asociados con el uso de productos de Amanita muscaria, es un mercado que debe tener cuidado con el comprador, donde los consumidores corren riesgos y no están informados con presión. Ahora es el momento de una primera respuesta de salud púbica”, añadió Lens.