Con la llegada a la vida joven y adulta de generaciones como la Z, quienes nacieron después de 1996, mayores datos se tienen sobre cómo interactúan entre ellos y su actuar en cuestiones como las relaciones interpersonales. Algo que se ha comenzado a detectar, son las complicaciones que tendrían para relacionarse y tener una relación sexual.
Diversos estudios muestran como la actividad sexual disminuye dentro de los grupos de jóvenes en edades entre los 18 y 23 años. Además, parecen indicar un cambio en las dinámicas como es la disminución de los encuentros casuales o de una sola noche.
LA BAJA EN LAS RELACIONES SEXUALES CASUALES
Una investigación presentada a comienzos del año por la Universidad de Rutgers, en conjunto con la Universidad de Albany, explicó que los hombres y mujeres entre 18 y 23 años tenían relaciones sexuales menos casuales como sin una pareja a largo plazo, en comparación a los adultos jóvenes de una década antes.
El estudio realizado por Scott J. South y Lei Lei, indica que el porcentaje de hombres sexualmente inactivos de los 18 a 24 años aumentó del 18.9 por ciento del periodo del 2000-2002 al 30.9 por ciento del 2016-2020. En el caso de las mujeres, las sexualmente inactivas aumentaron del 15.1 por ciento al 19.1 por ciento en el mismo periodo de tiempo.
Sobre las razones de estos cambios, señalan que un tercio de la disminución en la actividad sexual se puede atribuir a una disminución en el porcentaje de adultos jóvenes que tienen relaciones románticas, así como a la falta de relaciones de pareja menos formales.
A la par, se descubrió que en estas generaciones existen tendencias como una disminución en la frecuencia del consumo de alcohol, como un aumento en el consumo de aparatos electrónicos como las computadoras y los juegos para estas, así como un crecimiento en el porcentaje de jóvenes que viven con sus padres.
De los encuestados para la investigación, solo el 28 por ciento de las mujeres señalaron haber tenido relaciones sexuales en el último mes ante un 34 por ciento de los hombres. En sus conclusiones, señala que la disminución en el consumo de alcohol es el único factor que podría explicar una parte significativa de la baja en la probabilidad de tener una relación sexual causal.
También, indica que esta disminución de las relaciones sexuales casuales podría traer efectos positivos como menor cantidad de embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual o problemas de salud mental. Del lado negativo, esta falta de interacción puede obstaculizar un desarrollo psicosocial de los adultos jóvenes y disminuir su gratificación física como emocional.
“Los jóvenes adoptan roles de adultos más adelante en sus vidas y dependen de sus padres durante períodos más largos”, indicó Lei Lei, coautora del estudio y profesora asistente de sociología de la Universidad de Rutgers. “La disminución de la participación en el sexo casual entre este grupo de edad podría ser otra señal de retraso en la transición adulta”.
DIFICULTAD PARA ENTRAR EN LA VIDA ADULTA
Otros estudios señalan como la Generación Z es una de las que más tarda en conseguir una vida independiente, en comparación a otras generaciones. Esto se debe a factores como el que sigan viviendo con sus padres o que retrasen el formalizar sus relaciones como la disminución en el matrimonio.
A esto se une la baja en el empleo o de un trabajo remunerado lo suficiente para que puedan vivir solos, de forma que viven sin automóvil, sin un lugar personal y sin formas de costearse una cita, lo que dificulta llegar a más con alguna potencial pareja.
De igual forma, con el incremento de la vida tecnológica, se ha dificultado la posibilidad de conocer a alguien en la vida real. Algunas investigaciones señalan el cambio en la dinámica de las relaciones entre el hombre y la mujer, gracias al empoderamiento femenino. Esto ha repercutido en el sentir de poder que tienen los hombres en una relación y en su confianza de tener una relación íntima con una mujer.
Reportes como el de Kate Julian, reportera del diario The Athletic, encontró como estos problemas afectaban también a la generación millennial. De acuerdo con una encuesta realizada en 2018, encontró como las tasas de celibato aumentaron de manera constante por lo menos en las últimas tres décadas.
Al menos uno de cuatro estadounidenses encuestados dijo no haber tenido relaciones sexuales en el último año. Dentro del rango de los 18 a 29 años es mayor la cantidad de personas que afirmaron no tener relaciones sexuales, así como su decisión de no querer casarse de manera definitiva o retrasarlo lo más posible.